Un parpadeo excesivo y el volante del coche vibra y el cuadro de instrumentos lanza una alerta (“Tome un descanso”), y quizá evite un microsueño mortal. Si el vehículo se aparta ligeramente del carril, también lo anuncia al conductor e incluso corrige la trayectoria, y ocurre igual cuando está saliendo de una plaza de estacionamiento marcha atrás y otro vehículo o un peatón se aproximan.
Los automóviles nuevos que se matriculen en Europa a partir de este 7 de julio llevarán de serie, por ley, nuevos sistemas de ayuda a la conducción (ADAS, por sus siglas en inglés) que contribuirán a reducir la siniestralidad. Entre otros, también, una caja negra y la preinstalación del alcoholímetro antiarranque.
“Hay esperanza en los esfuerzos de la industria, así como en la inclusión de los ADAS en los vehículos. El coche conectado será el gran salto de la seguridad vial”, confesó recientemente el director general de Tráfico, Pere Navarro, en un acto organizado por la Fundación Mapfre. La renovación del parque automovilístico se ve en la DGT como una salida a la tensión por las cifras negativas de siniestralidad.
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Los ADAS retiran responsabilidad a los conductores y dan protagonismo a la tecnología: por sí solos (y por imposición de la Unión Europea), los coches nuevos estarán capacitados para acelerar, disminuir el ritmo, mantener la distancia de seguridad, detectar las señales de tráfico o, si el riesgo inminente lo exige, hacer una frenada de emergencia.
Al amparo del programa Vision Zero, la UE impulsó la obligatoriedad de estos nuevos ADAS en 2019. Los incorporan todos los vehículos homologados desde julio de 2022, y ahora son obligatorios para las nuevas matriculaciones. Con ellos, Europa espera evitar más de 25.000 muertes y 140.000 heridos graves hasta 2030. Un estudio de la DGT aporta otro dato: la implantación generalizada de este equipamiento reduciría la gravedad de los accidentes en un 57%.
Coches viejos, coches que ‘matan’
Con un parque de turismos achacoso (la antigüedad media de los coches en España es de 14,2 años y uno de cada cuatro suma más de dos décadas, según la patronal de fabricantes ANFAC), el rejuvenecimiento se antoja una necesidad inmediata.
El estudio Coches obsoletos, riesgo real, de la Fundación Línea Directa cuantifica el peligro: cuando se sufre un accidente con un turismo de más de 10 años, el índice de letalidad es del 0,42%, frente a la probabilidad media del 0,17% de fallecer en un modelo que no ha cruzado a esa barrera. En 2011, los automóviles de más de 15 años estuvieron implicados en un 15% de los siniestros mortales; el porcentaje creció hasta el 44% en 2020.
Entre tanto, los conductores, aunque no puedan comprar coches al ritmo de unos años atrás, están en sintonía con el sector. Más del 80% de los automovilistas encuestados por el portal transaccional Coches.net considera que estos sistemas ayudan a aumentar la seguridad al conducir. El informe Consumer Spotlight, de Generali, añade que los automovilistas consideran especialmente útiles la frenada de emergencia y el detector de somnolencia, votadas por el 36% y 32% de los entrevistados, respectivamente.
Los ADAS obligatorios
Desde julio de 2024, todos los vehículos nuevos que se pongan a la venta en la Unión Europea, incluidos camiones, autobuses y furgonetas, deben contar con siete tecnologías obligatorias de asistencia a la conducción.
- Asistente inteligente de velocidad (ISA). Conecta el control de crucero adaptativo con el de reconocimiento de señales. Si se superan los límites de velocidad establecidos en la vía, el asistente alerta al conductor y adapta la velocidad a la permitida. Se estima que la implantación masiva del ISA, que según la normativa puede desactivarse, tendría un potencial de reducción de accidentes mortales en carretera del 20%.
- Caja negra. En caso de siniestro, el registrador de datos recopila la información básica del vehículo para recuperarla y reconstruir el accidente. La caja negra registra la velocidad, la fuerza de la frenada, las revoluciones del motor, la fuerza de los impactos frontal y lateral, los movimientos del volante, la posición del acelerador y el funcionamiento del cinturón de seguridad y los airbags justo antes y después de un choque.
- Alerta de somnolencia. Mide el nivel de alerta, sueño y fatiga del conductor analizando distintos parámetros de la conducción. En caso de detectar alguna incidencia, activa una alarma acústica, visual o sensorial. También recomienda hacer paradas transcurridas dos horas al volante.
- Señal de frenada de emergencia. Al realizar una frenada de emergencia, activa un parpadeo en las luces de freno para prevenir al resto de conductores. Habitualmente está operativo cuando se circula a velocidades superiores a 55 km/h.
- Preinstalación de alcoholímetro antiarranque. Conocido popularmente como alcolock, obliga a soplar en un etilómetro antes de arrancar. Si el conductor supera los límites marcados, el arranque del vehículo quedará bloqueado. Solo es obligatorio que el vehículo tenga la posibilidad de instalar el alcoholímetro, pero la ley aún no obliga a llevarlo.
- Detección de tráfico trasero. Facilita la maniobra de salida marcha atrás y avisa si hay obstáculos en la trayectoria, como niños, animales u otros vehículos. Advierte al conductor con una indicación visual en la pantalla del salpicadero o en los retrovisores; si este no reacciona, el dispositivo actúa sobre los frenos para detener el vehículo.
- Control de presión de los neumáticos. Es obligatorio en los turismos desde 2014. Ahora llega al resto de vehículos.
Solo para turismos y furgonetas
Además de las tecnologías anteriores, los turismos y furgonetas deben incorporar tres ADAS adicionales.
- Asistente de mantenimiento de carril. Reconoce las líneas blancas que delimitan el carril por el que se circula. Si se atraviesan sin poner el intermitente, entiende que hay un problema y aplica pequeñas correcciones en el volante para devolver el vehículo a la trayectoria correcta.
- Sistema avanzado de frenado de emergencia. Emplea cámaras, radares y otros sensores para detectar vehículos y objetos en la trayectoria frontal. Cuando existe riesgo de colisión, reduce automáticamente la velocidad del vehículo. En función de las circunstancias y de la calidad del dispositivo instalado, podrá evitar el choque o, al menos, disminuir la fuerza del impacto.
- Avisador de cinturón en las plazas traseras. Disponible en los coches nuevos en los asientos delanteros, ahora es obligatorio en todas las plazas del vehículo.
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Periodista especializado en seguridad vial. Editor y redactor de El Motor desde 2016. Empezó a escribir de fútbol en 1998 en Diario 16 y ha trabajado en varios proyectos de Prisa Media desde 2000. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, es autor de ‘Aquí no se rinde ni Dios’ (2020).