¿Cómo se saca el máximo partido a los sistemas de asistencia a la conducción?

Los denominados ADAS son cada vez más numerosos y más complicados. Por eso hay que saber cómo funcionan y, sobre todo, configurarlos bien.

ADAS

Foto: Getty Images

Los ADAS, o sistemas avanzados de asistencia a la conducción, juegan un papel crucial en la reducción de peligros y el alivio del estrés asociado con la conducción, permitiendo que el foco se mantenga en disfrutar del viaje. Estas tecnologías están diseñadas para mitigar situaciones de riesgo y, en caso de que un accidente sea inevitable, minimizar sus consecuencias.

Estos sistemas representan una evolución en la forma de conducir e interactuar con el vehículo, aunque su correcta utilización requiere ciertas actitudes y conocimientos específicos.

Función de asistencia, no de reemplazo

Es fundamental entender que los sistemas avanzados de asistencia a la conducción están diseñados para apoyar, no para reemplazar al conductor.

Estos sistemas no pretenden que el conductor se desentienda de su responsabilidad o deje de prestar atención al manejo del vehículo.

A pesar de la existencia de estos sistemas, el conductor debe seguir prestando atención a su entorno.

Su propósito es alertar sobre peligros y asistir para evitarlos, sin sustituir la atención constante que debe mantenerse al volante. Incluso con tecnologías avanzadas como los sistemas de circulación autónoma en autopista denominados HDP de Kia o BlueCruise de Ford que permiten un modo ‘manos libres’ en determinadas situaciones, la atención del conductor sigue siendo esencial.

Conocimiento y familiarización con los sistemas

Es esencial conocer los sistemas de seguridad presentes en el vehículo, comprender su funcionamiento y familiarizarse con su activación en distintas situaciones.

Muchas marcas, como Kia, están desarrollando programas de formación para que, al adquirir un vehículo, los clientes comprendan plenamente las tecnologías de su coche y sepan configurarlas y ajustarlas. Esta formación no solo se limita al momento de la compra, sino que se extiende a lo largo de la vida útil del vehículo.

Por ejemplo, el sistema FCA (Forward Collision-Avoidance Assist) no solo alerta sobre riesgos de colisión frontal, sino que también asiste en la frenada y aplica los frenos automáticamente si no se responde a la alerta.

El sistema FCA avisa de una posible colisión frontal.

En algunos modelos, este sistema incluye funciones adicionales como el giro en cruces y la detección de tráfico cruzado en intersecciones, ofreciendo una capa extra de seguridad al advertir sobre vehículos que se aproximan.

Configuración personalizada

Muchos sistemas de asistencia permiten ajustes para adaptarse a las preferencias o necesidades específicas del conductor, accesibles a través de los ajustes del sistema de infoentretenimiento.

Por ejemplo, es posible ajustar la distancia respecto al vehículo precedente y la capacidad de respuesta del control de velocidad inteligente, o configurar el tiempo de aviso del sistema FCA cuando detecta un riesgo de colisión. Además, se pueden modificar el volumen de las alertas o activar el aviso háptico según lo que resulte más cómodo.

En un futuro próximo, estos sistemas podrán interactuar entre ellos.

Importancia de mantener los sistemas activos

Mantener los sistemas de asistencia activados es esencial para garantizar la seguridad al volante. Aprender a convivir con ellos y valorar la seguridad que proporcionan, especialmente en momentos de descuido, es fundamental.

Desactivar estos sistemas puede llevar a situaciones peligrosas.

Si estos sistemas se activan con frecuencia, podría ser una señal de que no se están cumpliendo algunas normas básicas, como mantener la distancia de seguridad, utilizar los intermitentes al cambiar de carril o evitar pisar las líneas que separan los carriles sin motivo.

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