La llegada de la electrificación al mundo del motor ha condenado, en parte, a los motores de combustión. A medida que los modelos con cero emisiones conquisten el parque automovilístico de los distintos países europeos, se perderán mecánicas icónicas, pero no todas. Jaguar ha conseguido que su V8 sobreviva a cualquier normativa. ¿Cómo?
El sonido del V8 que se escondía en las entrañas del Jaguar F-Type es tan inconfundible como mítico. El fabricante británico quería que las próximas generaciones también pudieran disfrutar de él y para ello, lo han convertido en una obra sonora que residirá en la Biblioteca Británica.
Concretamente, lo hará en el Archivo Sonoro Nacional junto a las primeras grabaciones que se hicieron de coches circulando por la calle y a otros documentos famosos. El objetivo es que cualquier persona pueda escuchar estos sonidos cuando así lo deseen.
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El elegido: Jaguar F-Type R75 Coupé MY24
Para perpetuar el sonido de su V8, Jaguar eligió el F-Type R75 Coupé MY24. No es una decisión al azar: este modelo se lanzó con motivo del 75 aniversario de la marca y es, además, un homenaje a la versión final del Jaguar F-Type.
Está impulsado por un V8 5.0 sobrealimentado, que desarrolla 575 CV y tiene un par de 700 Nm. Va asociado a una transmisión Quickshift de ocho velocidades y a un sistema de tracción integral.
¿Cómo se convierte un V8 en una obra sonora?
Las grabaciones se llevaron a cabo en la misma sala insonorizada donde Jaguar creó el sonido del escape original: una cámara semianecoica ubicada en el Engineering Centre de Gaydon, la sede de la marca. Es la instalaron donde desarrollan y prueban la melodía de sus vehículos.
El resultado son un par de grabaciones, de 30 y 47 segundos, llevadas a cabo desde el interior y el exterior del Jaguar F-Type R75.
Así suena un V8
Ambas empiezan con el arranque del motor, con el característico fulgor del principio, y van subiendo hasta que el V8 se queda al ralentí (600 rpm). El distintivo sonido del Jaguar F-Type llega cuando se pisa el pedal del acelerador a fondo y las válvulas del escape se van abriendo mientras cambian el camino que siguen los gases.
A este sonido hay que añadir otros como el del cambio de marchas: la calidad es tal que es posible reconocer el paso a las relaciones superiores y, cuando reduce, a las inferiores. Incluso es posible distinguir el característico chirrido de las cuatro salidas de escape cuando la aguja del velocímetro llega a la zona roja.
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