Allá por los años setenta y ochenta del siglo pasado, la literatura, los cómics e incluso las noticias en medios serios, estimulaban el imaginario colectivo sobre como en el año 2000 las personas se moverían surcando los cielos en sus coches voladores. Los atascos en el asfalto se iban a terminar gracias a los modernos vehículos que navegarían por las nubes para acudir al trabajo, llevar a los niños al colegio o ir al cine.
Lo cierto es que ya ha pasado casi un cuarto de siglo desde el año 2000 y los coches siguen circulando por las carreteras. Los atascos, los accidentes y la búsqueda infructuosa de aparcamiento en el centro de las ciudades están a la orden del día. El futuro que imaginaban aquellos visionarios, solo estaba en sus cabezas. ¿O no?
Durante el último año, se han presentado diferentes proyectos para dar vida a lo que serían los vehículos voladores privados. Aunque hasta ahora, ningún organismo tan importante como la NASA se había prestado a ayudar a dar forma a los próximos coches que vuelen.
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Movilidad aérea avanzada
El programa de la NASA Movilidad Aérea Avanzada (AAM) se puso en marcha en 2021 con la misión de ayudar a desarrollar de manera segura un sistema de transporte aéreo que mueva personas y carga entre lugares desatendidos por la aviación utilizando los nuevos coches voladores. Así mismo, AAM incluye el trabajo de la NASA sobre movilidad aérea urbana.
Más allá de ayudar a las empresas en el desarrollo de los próximos coches voladores, la misión de la NASA es comprobar que los sistemas de seguridad funcionan y hacer pruebas choque para determinar la respuesta de estos aparatos ante su cada vez más cercana puesta en funcionamiento, de momento en versión de pruebas.
Estos coches voladores con forma de aviones de propulsión eléctrica son la apuesta que la agencia aeroespacial tiene sobre la mesa. Por eso, ha empezado a someter a pruebas de choque a un vehículo eléctrico de despegue y aterrizaje vertical, de los conocidos como eVTOL, por sus siglas en inglés.
Escrutinio de daños
Para generar el impacto de uno de estos aparatos de la manera más fehaciente posible, un equipo de la NASA preparó un modelo a escala real de seis pasajeros, aunque omitió ciertos elementos que al destrozarse en las pruebas encarecerían las mismas. Así, los rotores fueron eliminados de la ecuación, aunque se tuvo en cuenta el peso y el área dónde deberían ir ubicados, sustituyéndolos por una pieza que imitara dichos parámetros.
Para realizar la prueba se recurrió a un sistema de suspensión por cable de donde se colgó el aparato a una altura de unos 20 metros. Mediante unos cortadores pirotécnicos se liberó el prototipo para que impactara sobre el suelo, generando un tremendo impacto.
“La prueba fue un gran éxito. Probamos con el concepto eVTOL que representa un vehículo aéreo de seis pasajeros, de ala alta y rotor múltiple. Gracias a esta prueba hemos obtenido más de 200 canales de datos y recopilando más de 20 vistas diferentes con las cámaras internas y externas”, explicó Justin Littell, investigador de la Subdivisión de Dinámica Estructural de Langley.
La NASA dice que seguirá analizando los datos, pero ha llegado a una conclusión preliminar: el eVTOL acabó más destruido de lo que esperaban. Y esta no será la única prueba. La agencia espacial espera proceder a muchas otras evaluaciones con diferentes vehículos para encontrar las configuraciones más seguras y hacer su aporte a la industria.
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