La nueva y sorprendente forma de abrir un Tesla sin llave

El estadounidense Brandon Dalaly, propietario de un Model 3, se ha implantado un 'chip' en la mano para no tener volver a usar la tarjeta de apertura del vehículo.

Tesla
El propietario de un Tesla Model 3 se implanta un chip para abrir la puerta del coche | Brandon Dalaly

Es cierto que la típica llave para abrir un coche, metiéndola en la cerradura, quedó atrás hace bastante tiempo. Ya en 1990, el Mercedes-Benz SL introdujo la llave con mando a distancia integrado para abrir y cerrar el coche pulsando un botón. No fue hasta 2003 cuando también la marca alemana incorporó la apertura por proximidad

Hoy las llaves inteligentes que utilizan la mayoría de fabricantes incorporan una unidad de acción remota en su interior que comunican con el sistema de antenas del vehículo y, algunos casos, permite incluso arrancar el automóvil a distancia.

Los últimos avances posibilitan, mediante un sistema de reconocimiento facial similar al de los móviles, abrir las puertas del vehículo, como en el caso del modelo GV60 de la marca Genesis. El SUV eléctrico de la división prémium de Hyundai. Aunque nadie ha llegado tan lejos como este propietario del Tesla.

Un chip insertado en la mano

Al adquirir cualquier modelo de la compañía de Elon Musk se obtiene una tarjeta del tamaño de una de crédito para desbloquear las puertas del vehículo, que además se puede vincular también con el teléfono móvil para hacer todavía más sencilla la labor. 

Brandon Dalaly ha ido un paso más allá. El estadounidense es el primer propietario que se inserta el ‘chip’ de control que incorporan las tarjetas de Tesla en el dorso de su mano derecha, que le permite tanto abrir las puertas, acercándola al pilar B en donde se ubica el localizador de desbloqueo, como arrancar el vehículo.

Un estudio experimental

Este usuario no va a ser el único en llevar esta tecnología en su cuerpo. La compañía Vivokey, desarrolladora de estos ‘chips’ intradérmicos de control, ha seleccionado a 100 participantes, también propietarios de Tesla, para que se incorporen al estudio y obtener datos para futuras aplicaciones, más allá de abrir y arrancar los coches eléctricos.

El implante tiene un coste de 400 dólares (398 euros), en un proceso similar al de un ‘piercing’ subdérmico, y usa la misma tecnología NFC aplicada en los pagos sin contacto de las tarjetas de crédito o en las billeteras digitales de los móviles con Apple Pay o Google Pay.

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