Añadiendo un toque teatral a su paleta, Bentley acaba de presenta su opción de pintura ‘Ombré’ con un Continental GT Speed hecho por encargo. Ahora, ese mismo tratamiento se ha extendido al popular Flying Spur.
Este último modelo, que ha debutado en el Salón Náutico Internacional de Southampton, pasa del Azul Topacio en la parte delantera al Azul Windsor en la trasera. La transición es gradual, ya que los dos tonos se unen en el centro, creando una estética única en las puertas, los umbrales laterales y el techo.
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Bentley afirmó que el diseño Ombré requiere casi 60 horas de trabajo de dos técnicos de pintura altamente cualificados.
No es difícil entender por qué, ya que se trata de un proceso complejo que comienza con la aplicación de dos colores individuales en la parte delantera y trasera.

Posteriormente, las pinturas se tiñen y aplican por etapas para garantizar una transición fluida y simétrica en ambos lados del vehículo.
El precio de la exclusividad
Este nivel de habilidad y artesanía no es barato, ya que Bentley ha revelado que el diseño Ombré by Mulliner es su opción de pintura más exclusiva, con un precio que parte de los 58.000 euros.

Esto significa que solo esta pintura cuesta más que muchos vehículos de lujo, como el BMW Serie 3 o el Mercedes Clase C. También se podrían comprar cuatro Dacia Sandero por el precio de esta decoración.
Se trata de una suma considerable y las opciones son extremadamente limitadas “debido a la complejidad de la combinación de ambas pinturas”. Como ha explicado Bentley, los colores deben elegirse específicamente para “garantizar una transición uniforme y gradual”.

La empresa también debe evitar la creación de un tercer color, ya que una transición mal hecha daría como resultado un vehículo con un centro verde o de un color amarillento.
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