Los frenos son un componente crucial del vehículo. Cualquier problema con ellos es un problema de seguridad que debe ser abordado de inmediato por un profesional.
A veces, puede pasar que el coche comience a temblar cuando se frena. De forma muy tenue o mucho más evidente. La causa más probable es que el problema venga del propio sistema de frenos.
Y es que si una rueda está desequilibrada o tiene una mala alineación, suelen provocar vibraciones todo el tiempo, no solo al frenar. Por lo tanto, si el automóvil vibra solo al frenar, lo primero que se debe revisar son los frenos. La mayoría de las veces, ahí es donde se encuentra el problema.
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Cómo funcionan los frenos
La práctica totalidad de los vehículos actuales instalan dos tipos de frenos: el más habitual son los frenos de disco, aunque algunos coches aún utilizan frenos de tambor, y solo en las ruedas traseras.
En un freno de disco, ese ‘disco’ de metal va anclado a la llanta y gira libremente hasta que el conductor presiona el pedal del freno. Esa presión activa el fluido hidráulico en el sistema de frenos para ‘apretar’ la pastilla del freno, ubicada dentro de la pinza, en contacto con el disco, lo que reduce la velocidad de la rueda.
Una mayor presión en el pedal del freno crea más presión en el sistema hidráulico, lo que ‘fricciona’ la pastilla de freno contra el disco con más fuerza.
En los frenos de tambor, se fija un tambor hueco de metal a la rueda y, cuando se aplica presión hidráulica a través del pedal de freno y el sistema de frenado, se fuerza a las ‘zapatas’ dentro del tambor a aplicar fricción a su circunferencia interior, lo que reduce la velocidad de la rueda.
¿Por qué tiembla el coche al frenar?
Por eso, si un automóvil tiembla al frenar, es probable que el problema esté relacionado con los frenos y se deba a un disco dañado, una pastilla de freno desgastada o un tambor deformado.
Disco dañado
En un vehículo con frenos de disco, la causa más probable de vibración es un disco deformado o dañado de alguna otra manera. La deformación puede ser una consecuencia del desgaste normal y es que la aplicación repetida de la pastilla de freno sobre el disco desgastará el material en esa área de contacto.
Con el tiempo, el calor causado por la fricción de la pastilla sobre el disco puede hacer que este se deforme. Es cuando se dice que el disco ‘está alabeado’.
Pero los discos de freno se pueden rectificar (‘tornear’) para restaurar su precisión y reducir la posibilidad de deformación, pero si se elimina demasiado material del disco en el proceso, será propenso a deformarse más deprisa o incluso llegar a romperse.
Otra causa frecuente de problemas con el disco de freno es la falta de uso. En los vehículos que permanecen sin circular durante largos períodos de tiempo, la zona del disco debajo de la pastilla de freno tiene tendencia a corroerse o incluso a acumular material de la pastilla de freno.
Cuando el vehículo vuelve a circular, el efecto será muy parecido al de un vehículo con un disco de freno deformado. Un disco con corrosión superficial se puede girar para restaurar su planitud, pero, como ya se ha señalado, si se elimina demasiado material, es muy probable que se deforme de nuevo y, por tanto, quede inutilizable. En este caso, se deberá sustituir por uno nuevo.
Pastilla de freno desgastada
Si el temblor va a acompañado de un ruido agudo, puede indicar que las pastillas de freno están defectuosas.
Las pastillas de freno suelen tener un grosor mínimo para realizar correctamente su función. Afortunadamente, las pastillas de freno duran sobre 40 o 50.000 kilómetros, y la calidad de las pastillas de freno y el comportamiento al volante determinan el plazo de sustitución.
Por ejemplo, si se conduce predominantemente en la ciudad, es posible que se apliquen los frenos con más frecuencia, lo que provocará un cambio más frecuente de las pastillas de freno. Cambiar las cuatro delanteras (dos por cada disco) puede arrojar una factura de unos 200-300 euros.
Tambor deforme
En los vehículos con frenos de tambor, los tambores deformados pueden provocar pulsaciones y vibraciones en los pedales cuando se aplican los frenos. Un mecánico puede medir los tambores para comprobar si están fuera de las especificaciones y también ver si tienen ralladuras u otros signos de daños.
Al igual que los discos, los tambores de freno se pueden mecanizar para restaurar la redondez, siempre que el grosor del tambor se mantenga dentro de las pautas del fabricante. La alternativa es reemplazar el tambor.
Otras posibles razones para las vibraciones
Aunque es probable que los frenos sean la causa del temblor, existen otras causas posibles, entre ellas los neumáticos. Si el temblor es más pronunciado al conducir a velocidades más altas, podría indicar que una rueda está desequilibrada y ha perdido su contrapeso.
Para confirmar si los neumáticos son parte del problema, se deben inspeccionar los cuatro neumáticos para ver si están desgastados. Programar la alineación de las ruedas y el equilibrado de los neumáticos puede resolver el problema o limitar la probabilidad de que surja un problema en el futuro.
Otra posible causa de las vibraciones son los rodamientos de las ruedas. Y es que son un componente vital de los sistemas de dirección, frenos y suspensión y su función es soportar todo el peso del vehículo. Otros componentes de la suspensión o incluso de la dirección desgastados o dañados también podrían contribuir a las vibraciones.
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