Cuando se conduce, la propia circulación exige utilizar el freno con bastante asiduidad. En los modelos de combustión, la energía que se desprende de esta disminución de velocidad se pierde. No pasa esto en los vehículos con algún tipo de electrificación.
Desde eléctricos 100% a híbridos o híbridos enchufables coinciden en la adopción de un sistema: la frenada regenerativa.
¿Qué es la frenada regenerativa?
Este sistema procede de la Fórmula 1. Y es que el denominado KERS (Kinetic Energy Recovery System) no es otra cosa que un sistema de recuperación de energía cinética.
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Esta recuperación de energía permite aumentar la autonomía eléctrica y reducir el consumo de combustible de su mecánica térmica (si la tiene). No obstante, este sistema es más eficiente en vehículos 100% eléctricos, donde también puede contar con varios niveles de regeneración, elegibles por el conductor, a través de unas levas en el volante.
¿Cómo funciona la frenada regenerativa?
Cuando se reduce la velocidad o se pisa el freno, el motor eléctrico toma la energía cinética y, al resistir el movimiento de avance del vehículo, devuelve esa energía a la batería.
El motor eléctrico, en conducción normal, impulsa las ruedas del vehículo hacia delante, pero como puede funcionar en dos direcciones, al decelerar y frenar, cambia de dirección y se convierte en un generador capaz de cargar la batería. Es decir, y por simplificar sin entrar en demasiados tecnicismos: esta recarga de energía se realiza a través de la inversión del motor eléctrico, que al hacerlo se convierte en un generador.
Obviamente, la cantidad de electricidad que genera el sistema será mayor si se aplica más fuerza de frenado y si este se alarga más metros.
Con este sistema, los últimos modelos eléctricos más sofisticados, pueden recuperar hasta el 70% de la energía cinética que se pierde al frenar.
Esto puede suponer cientos de kilómetros de autonomía eléctrica extra y reducir los repostajes en los postes de energía eléctrica, con el ahorro que conlleva.
¿Qué es el modo B y para qué sirve?
Algunos vehículos con electrificación tienen una posición en el cambio denominada “B”. En esta posición, se aumenta el porcentaje de frenado regenerativo para mejorar la autonomía.
El modo B es muy recomendable al circular cuesta abajo, ya que aprovecha la energía del frenado por inercia para inyectarla en la batería.
Pero el frenado regenerativo también tiene inconvenientes. El más obvio es la disminución de su eficacia a baja velocidad. En el tráfico lento, el frenado regenerativo no puede capturar mucha energía y devolverla a la batería, lo que reduce significativamente sus beneficios.
Otro inconveniente es cómo cambia el tacto y la modulación del pedal del freno. Con esta frenada, puede requerir del conductor un periodo de adaptación al tacto de este pedal ya que no actúa de una forma tan lineal y uniforme como un freno tradicional. Además, no tiene la misma potencia que un freno tradicional y obliga al conductor a pisar el freno con más fuerza.
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