Suele ocurrir más en verano, por las altas temperaturas, pero también puede ocurrir en invierno. Y es que la mecánica de un coche se puede calentar en cualquier momento y ocasión por cualquier motivo.
Lo primero que se debe hacer cuando se note que la temperatura del motor está subiendo peligrosamente es detener el vehículo.
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Hay que buscar un lugar seguro para estacionar y a continuación apagar el motor y abrir el capó para que el calor se disipe, pero con precaución, y es que es importante no abrirlo inmediatamente si sale vapor, ya que se podrían sufrir quemaduras. Mejor esperar unos minutos hasta que el motor se enfríe un poco antes de abrirlo completamente.
Encender la calefacción
Un truco efectivo para reducir la temperatura del motor es apagar el aire acondicionado y encender la calefacción al máximo.
Aunque pueda parecer contradictorio, encender la calefacción ayuda a extraer el calor del motor y a disiparlo en el habitáculo del coche. Esto puede ayudar a bajar la temperatura del motor lo suficiente como para evitar daños mayores.
Y si es verano, para no asfixiarse a bordo, nada de encender el aire acondicionado. Debe bastar con bajar las ventanillas.
Nivel de refrigerante
Una vez que el motor se haya enfriado lo suficiente, se debe revisar el nivel de refrigerante en el depósito.
Si el nivel está bajo, se debe añadir más refrigerante. Es importante no abrir el tapón del radiador mientras el motor esté caliente, ya que el refrigerante caliente puede salir disparado por la presión y causar quemaduras. Si no se tiene refrigerante a mano, también se puede usar agua como una solución temporal, pero hay que asegurarse de rellenar con refrigerante adecuado lo antes posible.
Por otro lado, el ventilador del radiador es crucial para mantener la temperatura del motor bajo control. Si el ventilador no está funcionando correctamente, el motor puede sobrecalentarse rápidamente. Por eso se debe verificar que el ventilador esté funcionando cuando el motor esté caliente. Si no es así, puede ser necesario reemplazar el fusible o el propio ventilador.
No está de más revisar también las mangueras en busca de grietas, fugas o abultamientos, y asegurarse de que el radiador no esté obstruido por suciedad o residuos.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.