Una joven conductora aparcó su pick-up en el garaje subterráneo de un hotel en Las Vegas pasada la medianoche. Lo que no sabía es que la situación se iba a poner un poco complicada. El cartel de la entrada indicaba una altura máxima de poco más de dos metros, exactamente lo que medía su vehículo. Sin embargo, al intentar salir, descubrió que no podía.
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