Cuando un conductor ve un radar en el borde de la carretera, la reacción lógica pasa por adecuar su velocidad al máximo de la vía. Sin embargo, son muchos los que no bajan el ritmo: para ellos se ha adaptado el truco del maniquí que algunos emplean en el Bus-VAO. Ahora existe una versión para los radares.
La policía de la Prefectura de Hyōgo, ubicada en la isla de Honshu y cuya capital es Kobe (Japón), tiene un serio problema con el número de accidentes. En los primeros cuatro meses de 2024 se han producido 5.000 incidentes con heridos: 1.250 de ellos han sido graves y 36 personas han perdido la vida.
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Detrás de algunos de ellos se esconde el exceso de velocidad. Mamoru Miyata, un empresario que dirige una empresa que fabrica réplicas de animales, ha encontrado una peculiar solución: usar maniquíes
Ha creado dos agentes de tráfico a tamaño real y los ha colocado en el lateral de la Ruta Nacional 176, una carretera que pasa por Tambasasayama y cerca de la estación JR Minamiyashiro. Esta vía es una recta en la que los conductores no respetan la velocidad máxima.
Dos agentes y un coche de policía
La idea no es nueva. Las autoridades de otras regiones también crearon policías y coches falsos con un objetivo semejante similar, pero Mamoru Miyata ha llevado el concepto a un nuevo nivel.
Ha dado forma a una agente sosteniendo una señal de tráfico, a un oficial manipulando un radar móvil y a un vehículo, concretamente un Toyota Crown GRS180, que está aparcado junto a los dos muñecos.
¿Es legal este truco?
Lo cierto es que es su iniciativa es legal. Las autoridades locales han confirmado que no infringe ninguna ley porque los maniquíes están instalados en una propiedad privada. Además, no llevan insignias oficiales. El coche, por ejemplo, tiene todos los elementos característicos, pero no pone Police (Policía) sino Peace (Paz).
La clave está en que todos estos detalles no se perciben a cierta distancia. Los conductores que entran en la recta y pretenden acelerar, no pueden ver el texto del coche ni las especificaciones de los maniquíes. Por lo tanto, circulan dentro de los límites legales hasta que rebasan a los policías falsos.
Eso sí, la iniciativa ha empezado a ganar cierta popularidad en las redes sociales y no es extraño ver a turistas y locales haciendo una parada en este punto para fotografiarse con los agentes falsos.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.