Baterías para el coche EFB o AGM: ¿qué diferencias hay y cuáles son mejores?

Con el aumento de la electrónica de los vehículos y de las nuevas tecnologías, la elección de una batería cuando ya la original no funciona se convierte en un reto cada vez más desafiante.

Sobre todo, por la tecnología de parada y arranque automáticos, más conocida como ‘start & stop’,que ha marcado un antes y un después en el mundo de las baterías.

En teoría, la batería de primera monta, aquella con la que sale un coche de fábrica, suele ser la más adecuada para el vehículo. Pero como pasa con los neumáticos, esto no ocurre siempre. Algunas marcas intentan ahorrar poniendo baterías de prestaciones inferiores a las que el coche en cuestión necesita.

En definitiva, cuando se sustituye esa primera batería de fábrica, hay que mirar bien qué se elige porque hay dos tecnologías aptas para este tipo de vehículos: EFB y AGM.

¿Qué es una batería EFB y en qué casos es la adecuada?

Las siglas EFB provienen de enhanced Flooded Battery o batería de electrolito líquido avanzado. Se trata de las baterías de plomo-ácido tradicionales, pero desarrolladas con diversos avances.

Las baterías EFB son adecuadas para suministrar energía a vehículos compactos con sistemas start & stop básicos. También sirven para aquellos coches que no tienen este sistema, pero que se mueven habitualmente en entornos urbanos o que tienen un amplio equipamiento.

Si el vehículo tenía originalmente una batería EFB, se puede usar otra igual como batería de sustitución. Pero si se necesita un rendimiento mayor o se presenta un perfil de conducción con mucho tráfico urbano, puede elegirse una batería AGM, que es más potente.

¿Qué es una batería AGM y cuándo elegirla?

En este caso, las siglas AGM quieren decir absorbent glass mat, porque en ellas el electrolito está retenido en una fibra de vidrio absorbente.

Son unas baterías muy potentes. Gracias a su resistencia, un motor puede parar y arrancar varias veces seguidas sin desfallecimientos ni sobrecargas.

Además, cuentan con una reserva de energía suficiente para seguir alimentando los componentes eléctricos aunque el vehículo esté parado y asegurar un arranque fiable. Este tipo de batería está indicada para coches de gama alta o deportivos.

A diferencia de las baterías EFB, que sí se pueden sustituir por una AGM, esta solo se pueden reemplazar por otra de tecnología similar.