Una progresión imparable. Desde hace años China ya era la máxima potencia industrial en el sector del automóvil, pero su gigantesco mercado interno absorbía prácticamente la totalidad de su producción.
Pero en poco tiempo las marcas chinas que han salido a operar al exterior han aumentado espectacularmente su presencia en otros mercados. Y el avance, de proporción geométrica, es muy rápido ya que, durante el primer trimestre del año, sus exportaciones han sobrepasado a las de Japón, que hasta ahora ostentaba el puesto de líder a nivel mundial.
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Los primeros tres meses de 2023 han registrado más de diez millones de vehículos exportados desde China, lo que supone un espectacular crecimiento del 58% respecto al pasado año. Mientras que la hasta ahora industria puntera nipona, la que más exportó en 2022, se ha rezagado en más de 100.000 unidades por detrás de su vecino asiático.
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Y es que el pasado año, China ya superó a Alemania, otro tradicional gigante de las exportaciones automovilísticas. Y en su caso, China adelantó a toda velocidad sumando en el ejercicio un total de 3,2 millones de vehículos exportados por los 2,6 de su poderoso rival europeo.
España es testigo de este fenómeno y el mercado nacional ya cuenta con numerosas marcas chinas como DFSK, MG, Maxus, Aiways, Lynk and Co, SWM o BYD. Sin contar con las premium suecas Volvo y Polestar, pertenecientes a su vez al poderoso grupo Geely. Entre todas, y a pesar de su reciente aterrizaje, en 2022 estas firmas multiplicaron por 20 sus importaciones y durante los tres primeros meses de este año ya acumularon unas ventas de 5.700 unidades.
Y es que también a las exportaciones chinas hay que sumar las de otros fabricantes extranjeros que producen allí sus automóviles. Como la estadounidense Tesla, el caso más representativo, que ha exportado desde China nada menos que 90.000 coches a otros mercados de todo el mundo, siendo la marca que más ha aumentado sus envíos entre todas las que fabrican en China.
A esta espectacular eclosión a escala global de los coches chinos, también ha contribuido la invasión de Ucrania. Al haber abandonado las marcas occidentales la actividad en Rusia, China no ha tardado en ocupar el vacío causado por la situación bélica y ha triplicado su presencia en aquel mercado respecto a la situación previa a la invasión.
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