Este verano han fallecido 234 personas en siniestros viales en las carreteras españolas durante julio y agosto, siete más que en 2022. El repunte se ha reflejado también en el número de accidentes y en el de hospitalizados, tras dos meses que confirman la tendencia de los últimos años: los usuarios vulnerables siguen en peligro en las vías interurbanas.
El balance provisional de la Dirección General de Tráfico (DGT) concluye que la siniestralidad estival presenta en 2023 unas características muy similares a las de los veranos de los últimos años. Tráfico remarca no obstante dos excepciones: no se han producido siniestros múltiples con tres o más fallecidos y se han registrado tres muertos en un paso a nivel. Perdieron la vida una menor de 18 meses en Calera y Chozas (Toledo) y dos jóvenes de 19 y 21 años en Lugo.
Usuarios vulnerables de la carretera
Igual que en años anteriores, la siniestralidad estival ha afectado notablemente a los usuarios vulnerables, con 98 muertes en accidente de tráfico, cinco más que en 2022. Esto supone que el 42% de los fallecidos este verano en siniestros viales eran peatones, ciclistas o motoristas.
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En julio y agosto murieron tras un atropello 24 peatones (cuatro más que el año pasado) y 12 ciclistas (ocho en 2022).
“Ojo, el 11% de los fallecidos en la carretera son peatones: esto marca un problema emergente”, señaló el director general de Tráfico, Pere Navarro, en una conferencia el pasado junio, cuando presentó el balance consolidado de la siniestralidad de 2022.
De los 24 fallecidos en estas circunstancias, 14 se registraron en autopistas y autovía y 10 en carretera convencional. Además, la mitad de los peatones fallecidos murieron en atropellos que se produjeron por la noche o en el crepúsculo. Solo dos de ellos llevaban una prenda reflectante de alta visibilidad.
El riesgo de los motoristas
En cuanto a los motoristas, en julio y agosto perdieron la vida 60, tres menos que en el mismo periodo de 2022. Las cifras de estos dos meses quedan algo distorsionadas por tratarse del periodo con más desplazamientos de largo recorrido, y no concuerdan con exactitud con lo que sucede el resto del año.
Sin embargo, la cada vez mayor presencia de los usuarios vulnerables en las cifras de siniestralidad preocupa a la DGT. De hecho, la mitad de los fallecidos en vías interurbanas en 2022 eran peatones, ciclistas o motoristas, un porcentaje más alto que este verano.
“Atención con los motoristas. Uno de cada cuatro fallecidos el año pasado iba en moto. [Las motocicletas] son el 15% del parque y el 25% de los fallecidos. Esto marca un cierto mensaje”, dijo Navarro en la misma comparecencia.
Según detecta Tráfico, el perfil del motorista fallecido sigue siendo un varón experimentado de entre 35 y 64 años que tiene un siniestro en fin de semana, en una carretera convencional y debido a una salida de vía.
Cinturón de seguridad y alcohol
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de quien depende la DGT, calificó las cifras de “inasumibles” e insistió en la necesidad de “reducir la siniestralidad mortal y grave en un cincuenta por ciento de aquí a 2030”.
La falta de concienciación también inquieta a Tráfico, pues del análisis provisional resulta que uno de cada cuatro fallecidos no llevaba puesto el cinturón de seguridad, Además, el 59% de los conductores muertos estaba bajo los efectos del alcohol en el momento de sufrir el accidente.
Respecto al escenario de los siniestros, este verano ha aumentado el número de fallecidos en autopistas y autovía: murieron 67 personas, 17 más que en 2022. Y aunque descendieron los decesos en las carreteras convencionales, estas registraron, como es habitual, tres de cada cuatro fallecidos en las vías interurbanas.
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