Cómo encontrar los radares de la DGT este 2024

Como no podía ser de otra manera, Dirección General de Tráfico seguirá controlando las carreteras con sus radares fijos, móviles y de tramo durante 2024. No hay olvidarse de los nuevos veloláser, los helicópteros y los drones. 

La ubicación de algunos de estos radares puede cambiar en 2024. La DGT está obligada a avisar de los puntos en los que instalan estos dispositivos, sobre todo los fijos y de tramo, ya que se considera información pública. Es por esta razón que se pueden ver paneles informando de su presencia a lo largo de las carreteras. También es posible consultar su ubicación en la web de la DGT.

La DGT protegerá sus radares 

Otro de los cambios que se pueden llegar a producir este año es la preferencia por la instalación de nuevos aparatos en posiciones más elevadas. En vez de colocarlos en cajas en el suelo, donde son mucho más susceptibles de sufrir vandalismo, la mejor opción sería instalarlos en arcos y estructuras más altas, donde estarían más protegidos.  

De igual manera, se prevé utilizar nuevas cajas blindadas para proteger los radares de tráfico fijos de la carretera. Cada dispositivo cuesta decenas de miles de euros, por lo que la compra de cada nuevo aparato supone un buen mordisco al presupuesto de la DGT.

Multas por detectar radares

Uno de los sistemas más utilizados para averiguar la ubicación de los radares fijos es activar la correspondiente opción en las aplicaciones de navegación, como Google Maps, Waze y similares. Consultar la web de la DGT y los avisos también es aconsejable. Por otro lado, el RACE se suma a la lista y dispone de un mapa interactivo completo con la ubicación de los radares fijos y de tramo.  

Cabe recordar que utilizar estos sistemas que avisan sobre la posición de los radares fijos está permitido, pero hay otras tecnologías que no pueden utilizarse. Es el caso de los detectores y los inhibidores, cuyo uso es ilegal en España. Las multas solo por tener este tipo de aparatos dentro del vehículo empiezan en los 200 euros, llegando a los 6.000 euros en el caso de los inhibidores.