Los guardarraíles, también conocidos como quitamiedos, barreras de seguridad, defensas metálicas o biondas, son instalaciones de seguridad pasiva que se ubican en las carreteras y autopistas. Han sido diseñadas y fabricadas para proporcionar protección a los vehículos en caso de sufrir colisiones y así evitar que se salgan de la vía.
De esta manera se impide que puedan chocar con elementos más dañinos para la seguridad, tales como árboles, rocas, viviendas o terraplenes. Además, también ayudan a mejorar la visibilidad del trazado al incorporar elementos reflectantes para favorecer la conducción en situaciones de baja visibilidad o durante las horas nocturnas.
Durante más de 200 años —las primeras barreras datan de mediados del siglo XVIII para garantizar la seguridad de los carros— estos sistemas han ayudado a la mayoría de los conductores de coches a mantenerse dentro de la vía en caso de colisión. No así con los usuarios de motocicleta, que siguen demandando protecciones que los protejan en vez de causarles más lesiones o incluso la muerte.
Más información
Ahora, además, un artículo científico de la Universidad de Nebraska ha revelado que hay un segmento de coches que no pueden ser detenidos y mantenidos en la vía, ya que los guardarraíles actuales no son lo bastante fuertes para acometer su trabajo.
Evaluación militar
El estudio patrocinado por el Centro de Investigación y Desarrollo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos (ERDC, por sus siglas en inglés) quería saber si la seguridad y la defensa militar están en peligro debido al creciente número de vehículos eléctricos en las carreteras del país. El objetivo era conocer el grado de protección de las barreras de hormigón y guardarraíles usadas en lugares estratégicos del Gobierno, como las embajadas.
En las instalaciones de la Universidad de Nebraska, se realizó una prueba de choque (la primera de este tipo) para averiguar si los quitamiedos y las medidas de protección militares contra los vehículos hostiles (en este caso un pick-up eléctrico) están preparados para el creciente número de vehículos sin emisiones.
Seguridad vial
No solo los mandos militares querían conocer el alcance de los impactos de los vehículos eléctricos contra las barreras de seguridad actuales. El Centro de Seguridad Vial del Medio Oeste (MWRSF, por sus siglas en inglés) también ha participado en la investigación para comprobar cómo afectan los vehículos eléctricos al mobiliario vial ebido al incremento de peso comparado con los de combustión.
En palabras de Cody Stolle, director adjunto de MWRSF: “Existe cierta urgencia para abordar este problema”, dijo. “A medida que aumente el porcentaje de vehículos eléctricos en la carretera, también aumentará la proporción de accidentes fuera de la carretera que involucren a esta clase de automóviles”.
Mayor peso
La prueba de choque con el pick-up eléctrico de Rivian, que se realizó en las instalaciones de la Universidad de Nebraska, se ejecutó contra un guardarraíl convencional a 100 km/h. La camioneta Rivian R1T de 2022 cuenta con un peso de 3.175 kilogramos. Según el informe, atravesó el guardarraíl con escasa reducción de velocidad y pasó por encima de la siguiente barrera de hormigón.
Unas semanas antes, se efectuó la misma prueba con un Tesla Model 3 de 2018, que posee un peso de 2.000 kilogramos. En esta ocasión, levantó el guardarraíl y pasó por debajo de él, deteniéndose antes de la barrera de hormigón. Gracias a estas pruebas, se ha podido conocer cómo se comporta el sistema de quitamiedos en los accidentes que involucran a los vehículos eléctricos. Estos generalmente pesan entre un 20% y un 50% más que los vehículos de gasolina y disponen de centros de gravedad más bajos.
Energía de impacto superior
Para concluir, esta investigación de MWRSF sugiere que los vehículos eléctricos que están involucrados en choques contra barreras de seguridad, aproximadamente a la misma velocidad que los vehículos de gasolina, podrían generar entre un 20% y un 50% más de energía de impacto en el choque.
El propio Stolle ha declarado: “Va a ser necesario reexaminar los diseños de los guardarraíles y de las otras barreras de seguridad que se encuentran en el borde de la carretera, incluso más allá de los vehículos eléctricos”. Y continuó: “Necesitamos saber todo lo que podamos ahora porque se necesita tiempo para diseñar nuevos sistemas, evaluarlos y confirmar esos resultados con pruebas de choque a gran escala. Después se podrá comenzar el proceso de actualizar las barreras viales a nuevas versiones con más robustez”.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram