Es un tipo de movilidad propio solo de las grandes ciudades, pero el uso del coche compartido en España se ha disparado un 22,4% en los últimos cuatro años, desde la pandemia, hasta alcanzar un récord en 2023 de 3,75 millones de viajes, unos 350.000 más que en 2022.
Los kilómetros recorridos rozaron en 2023 los 39 millones (35 un año antes), casi todos –un 90%– completados en coches electrificados, el grueso de la flota. El grupo mayoritario de usuarios tiene entre 25 y 40 años (45%), aunque esta solución se abre a más edades: los clientes de 41 a 55 años representan un tercio del mercado de los coches compartidos.
Así se refleja en el I Barómetro del ‘carsharing’, elaborado por la consultora PONS Mobility para la Asociación de Vehículos Compartidos de España (AVCE), nacida en 2020 e integrada por las compañías Free2move, Getaround, Goto-Astara, Guppy, Sharenow, Voltio, Wible y Zity, así como la entidad adherida Asociación Eusko CarSharing Elkartea.
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AVCE ha preguntado a 4.585 usuarios de coche compartido. Tres de cada cuatro asegura tener un vehículo privado, y dos de cada 10 estarían dispuestos –dicen– a deshacerse de sus propios coches para pasarse a esta modalidad de transporte compartido, de claro enfoque urbano.
La flota de coches compartidos en España ascendió el año pasado a 3.902 vehículos, formada en su mayoría por coches eléctricos puros (65%) e híbridos enchufables (21%), que dan acceso a las zonas de bajas emisiones. Los de gasoil o gasolina representan el 14%. Todos se reconocen con facilidad por sus vinilos publicitarios, pero también llevan en el parabrisas un distintivo específico de la Dirección General de Tráfico (DGT).
De aspecto similar a las pegatinas medioambientales y recogida en el Reglamento General de Circulación como señal V-26, esta etiqueta es de color azul, con la silueta blanca de un coche rodeado por cinco figuras, también blancas, que representan a los ocupantes. La pegatina incluye el logotipo de la DGT, un código numérico y la matrícula del vehículo.
¿Qué significa la pegatina V-26?
El distintivo V-26 sirve para identificar a los vehículos de uso compartido. Así, la etiqueta solo pueden usarla los coches o motos anotados para este uso concreto en el registro de vehículos de Tráfico. La utilidad principal de esta pegatina de la DGT es que los usuarios puedan reconocer como coches de uso compartido los turismos que la lleven, más allá de los vinilos que ocupen la carrocería.
Su presencia también facilita a los agentes de tráfico la identificación de este tipo de vehículos, que, por ejemplo, tienen derecho a utilizar los carriles para vehículos de alta ocupación (VAO).
Según datos de AVCE, el 82,6% de ellos se usan en la modalidad de free floating, es decir, coches sin sede fija que los usuarios pueden recoger en cualquier punto de la ciudad y estacionarlos donde consideren, siempre dentro de una zona delimitada.
Este sistema funciona en España en 13 localidades de más de 50.000 habitantes: Alcobendas, Coslada, Las Rozas, Leganés, Madrid, Majadahonda, Pozuelo de Alarcón y San Sebastián de los Reyes (Madrid); Avilés, Gijón y Oviedo (Asturias) y Santander y Torrelavega (Cantabria). El tiempo medio de recorrido es de casi 51 minutos, con un uso de algo más de tres veces al día, el triple de lo que se emplea un vehículo privado.
El sector ofrece también el sistema station based, es decir, un alquiler de vehículo por horas con una base fija o plazas de estacionamiento designadas. Está disponible en las localidades vizcaínas de Areatza, Berango, Bilbao, Gorliz, Plentzia, Sopela y Urduliz (Vizcaya); en Barcelona y El Prat de Llobregat (Barcelona); Alcobendas y Madrid (Madrid), Palma (Baleares) y en las capitales de provincias homónimas de Málaga, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla y Valencia. En este caso, el viaje promedio es de 152,23 kilómetros.
Los coches compartidos, en datos
- El 34,5% utiliza el coche compartido ocasionalmente (de una a cuatro veces al mes).
- Un 19,2% lo usa de manera habitual (cuatro a ocho veces al mes).
- El 69% lo combina con el transporte público colectivo en sus desplazamientos urbanos.
- Una de cada tres personas (33%) lo usa por motivos laborales, mientras que el 41,5% lo utiliza por ocio.
- El 97% de los consultados considera que el carsharing puede contribuir significativamente a mejorar la movilidad en las ciudades.
- Un 81% opina que el uso de este servicio contribuye directamente a la protección del medioambiente al utilizar vehículos más modernos y reducir el número de automóviles en las calles.
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