Los anales de la automoción sitúan el primer hito en la velocidad terrestre a finales del siglo XIX. La Jamais Contente, un revolucionario vehículo eléctrico de diseño aerodinámico, superó por primera vez los 100 kilómetros por hora en 1899, pilotado por Camille Jenatzy en las cercanías de París.
Posteriormente, pioneros como Léon Serpollet, con su automóvil a vapor, y Henry Ford, con su emblemático Ford 999, elevaron aún más el listón de la velocidad máxima.
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En la actualidad, el récord absoluto lo ostenta el ThrustSSC, un cohete terrestre que sobrepasó la velocidad del sonido a mediados de los años noventa. Este logro marcó un antes y un después en la historia de la automoción.
Coches de calle más rápidos
En la actualidad, existe un número de coches, que se pueden adquirir en un concesionario —aunque el común de los mortales no pueda pagarlos— que se disputan el título de más rápido y que ya se encuentran cerca de los 500 km/h. Una cifra redonda y que inscribirá en letras de oro en la industria de la automoción, el primero que la alcance. Estos son los cinco coches de calle más rápidos de la actualidad:
- Bugatti Chiron Super Sport 300+: 490,48 km/h
- SSC Tuatara: 460,43 km/h
- Koenisegg Agera RS: 447,2 km/h
- Hennesey Venom GT: 435 km/h
- Bugatti Veyron Super Sport: 430,98 km/h
La importancia de los neumáticos
Todos estos récords de velocidad, que se han ido batiendo desde el inicio de la automoción, no podían haber sido ejecutados sin unos neumáticos apropiados. Estos son la única conexión entre el vehículo y el asfalto, y su desempeño es fundamental para alcanzar velocidades extremas.
Los neumáticos de un hiperdeportivo deben generar una adherencia inmensa al suelo para transmitir la potencia del motor y evitar que las ruedas patinen. Si los neumáticos no pueden ‘agarrar’ el asfalto con suficiente fuerza, todo el poder del motor se desperdicia.
La fabricación de neumáticos para vehículos de récord es una ciencia en sí misma. Los ingenieros deben encontrar el equilibrio perfecto entre agarre, durabilidad y resistencia a altas temperaturas. Están compuestos por materiales especiales y diseños en la banda de rodadura únicos que maximizan su desempeño en condiciones extremas.
Michelin y sus neumáticos especiales
Michelin está trabajando en un neumático que puede alcanzar velocidades superiores a los 490 km/h, respondiendo a la competencia que año tras año existe entre los hiperdeportivos por ser el más rápido. Bugatti comenzó esta carrera con el Veyron, que superó los 400 km/h, y ahora la compañía busca desarrollar neumáticos capaces de resistir todavía aún más velocidad, por encima de los 500 km/h. Si en estos neumáticos especiales, jamás se podrían haber puesto estos modelos a esas altas velocidades sin comprometer la seguridad.
Michelin ya fabricó esos neumáticos especiales para el Bugatti Veyron, pero a pesar de su tecnología avanzada y el alto costo de reemplazo (25.000 euros). Cada tres cambios de neumáticos hay que cambiar las llantas, que tienen un precio de más de 100.000 euros. Además, también han desarrollado los neumáticos que montó el Chiron que alcanzó los 490 km/h. Los neumáticos se adhieren a las llantas mediante un adhesivo especial para garantizar la estabilidad bajo fuerzas extremas.
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