El Skoda Citigo, integrante checo del trío de urbanitas del Grupo Volkswagen, recibe una merecida actualización tras casi seis años en el mercado. Orientada casi exclusivamente al aspecto estético y al equipamiento, se presentará de manera oficial durante el Salón del Automóvil de Ginebra.
El cambio se aprecia a simple vista, sobre todo en el frontal, donde ahora es más claro el parentesco con sus hermanos mayores. La pequeña parrilla es más afilada, el logo está enmarcado en un nervio central que cruza el capó y los faros se alargan un poco (y cambian su configuración interna, añadiendo luz diurna LED). En el paragolpes, la parrilla inferior se ensancha sobremanera hasta alcanzar las luces antiniebla, que ahora son cuadradas en lugar de redondas. El cambio del parachoques, además, ha hecho que su longitud crezca 34 milímetros.
El resto de cambios están en el interior, aunque dependen del nivel de acabado elegido. Entre las novedades se encuentran un salpicadero acabado en dos colores, asientos ergonómicos, un volante multifunción de tres radios, un climatizador automático, un cuadro de instrumentos rediseñado y el sistema de aplicaciones Move&Fun.
A nivel mecánico, a los motores gasolina 1.0 tricilíndricos de 60 y 75 CV se une ahora un bloque movido por gas natural de 68 CV de potencia.
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