Las cuentas de quien tiene un coche eléctrico revelan un dato esencial para quien sopesa adquirir uno. Los expertos apuntan que el verdadero beneficio financiero, únicamente se aprecian a largo plazo tras varios años de propiedad. En el primero, los ahorros visibles quedan anulados por los costes ocultos.
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Durante su primer año como propietario de un Tesla, Allen Tran gastó 1.432 dólares (1.227 euros, según el cambio actual) en cargarlo y ahorró 344 (294 euros) en gasolina. Admite que estas cantidades le sorprendieron y afirma: “Honestamente, esperaba ahorrar mucho más”.
En Estados Unidos, el coste medio de la electricidad es de unos 0,16 dólares/kWh (0,14 €/kWh): recorrer 100 kilómetros con un Tesla Model Y cuesta unos 3,20 dólares (2,74 euros). Con un SUV de gasolina equivalente costaría casi 9,68 dólares (8,29 euros), tres veces más.
Un mantenimiento más asequible
Allen Tran especifica que en “el coste real de tener un coche” no sólo influye el combustible, también por el gasto en mantenimiento: “Cuanto más lo conduzca, más ahorraré porque no tendré que repararlo tanto”.
No en vano, ha pasado de gastar, en varios años, miles de dólares en reparaciones con su coche anterior a pagar 600 dólares (514 euros) en dos cambios de ruedas después de recorrer 24.000 kilómetros con su Tesla.
La reducción de los costes de mantenimiento y el ahorro en combustible son dos de las grandes ventajas de los coches eléctricos, pero hay quien señala los gastos sorpresa en los que mucho no reparan.

Los tres gastos invisibles
El primero es la instalación de una estación de recarga doméstica. El punto de Tesla cuesta unos 475 dólares (407 euros) y los gastos de instalación de un electricista pueden oscilar fácilmente entre los 500 y los 2000 dólares (428-1.713 euros). El ‘youtuber’ Kevin ‘The Tech Ninja’ asegura que pagó 1.200 dólares (1.028 euros) por el cableado.
Otro gasto invisible es el seguro. En Estados Unidos, proteger un Tesla es caro: un estudio reveló que, de media, la prima anual de un Model Y es de 3.112 dólares (2.666 euros). Esto supone 1.213 (1.039 euros) más que la de un Toyota RAV4.
El tercer gasto que no se ve es la depreciación. En el pasado, los Tesla mantenían bien su valor. Ahora esa tendencia se ha revertido. Un análisis reciente muestra una tasa de depreciación del 60,4% en cinco años para un Model Y: un porcentaje que se sitúa por encima del promedio de la industria (45,6%).
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