El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha protagonizado una escena inusual en la Casa Blanca al recibir un Tesla Model S rojo de manos de Elon Musk. Trump quedó muy impresionado por el vehículo y destacó su diseño y tecnología, mientras Musk bromeaba sobre “asustar al servicio secreto” con la aceleración del coche. El presidente estadounidense anunció que va a comprar el Tesla de su bolsillo por 80.000 dólares (73.400 euros al cambio de hoy), dejándolo para uso de su personal, ya que él tiene prohibido conducir.
La ceremonia reflejó la estrecha alianza entre ambos personajes. Trump elogió a Musk y lo destacó como un “patriota”. Con este acto, el presidente estadounidense quiso defender a Musk y mostrar su apoyo tras la caída en las acciones de Tesla y las protestas contra la empresa. Aunque el acto fue presentado como un gesto de confianza, muchos críticos han señalado los posibles conflictos éticos, dado el rol de Musk en el gobierno y su influencia en contratos federales. Tesla recuperó un 4% en bolsa tras la finalización del acto.
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Tesla Model S
Se trata de un vehículo eléctrico de alto rendimiento que destaca por su impresionante aceleración y velocidad máxima. Su diseño aerodinámico y su potente motor eléctrico le permiten alcanzar velocidades de hasta 322 km/h en la versión Plaid, convirtiéndolo en uno de los coches de producción más rápidos del mundo. Además, su aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 2,1 segundos ofrece una experiencia de conducción emocionante y única.
La potencia del Tesla Model S es otro de sus puntos fuertes. Con más de 1.000 CV en la versión Plaid, este vehículo ofrece una respuesta instantánea y una capacidad de aceleración que supera a muchos superdeportivos. Monta un sistema de tracción total y gracias a su avanzado control de estabilidad, garantizan una conducción segura y precisa, incluso a altas velocidades. Además, su autonomía de hasta 600 kilómetros permite hacer largos viajes sin necesidad de recargar la batería.
¿Por qué los presidentes de EE UU no pueden conducir?
El presidente de Estados Unidos es una de las figuras más importantes y protegidas del mundo. Aunque la imagen de un presidente conduciendo su propio vehículo puede parecer bucólica para sus acólitos, la realidad es bien diferente. Existen varias razones por las que los presidentes no pueden conducir por sí mismos:
- Seguridad personal. La principal razón por la cual los presidentes no conducen sus vehículos tiene que ver con la seguridad. El Servicio Secreto, encargado de proteger al presidente, debe asegurarse de que no haya riesgos durante el desplazamiento. Cualquier persona que conduzca un vehículo podría ser una amenaza, lo que hace que la presencia de un conductor especializado sea imprescindible. Además, el presidente debe estar lo más salvaguardado posible en todo momento, y esto incluye evitar distracciones al volante.
- Protocolo y logística. El presidente suele estar acompañado de una serie de vehículos de seguridad y escoltas, lo que requiere una logística compleja. Los vehículos en los que viaja el presidente están equipados con tecnología avanzada para su protección, lo que implica que es necesario un equipo de expertos para garantizar que todo funcione correctamente. La presencia de un conductor entrenado asegura que estos vehículos sigan las rutas de manera eficiente y segura.
- Responsabilidades del cargo. Finalmente, la función de presidente requiere una dedicación total a la toma de decisiones, la diplomacia y la gestión del país. Conducir un automóvil sería una distracción innecesaria para alguien con tantas responsabilidades, por lo que se prefiere delegar esa tarea a los profesionales del Servicio Secreto.
Por estos motivos, los presidentes de Estados Unidos nunca conducen sus propios vehículos. De hecho, los expresidentes estadounidenses vivos, tampoco conducen, ya que el Servicio Secreto se sigue haciendo cargo de su seguridad hasta su fallecimiento, por lo que también quieren evitar que se pongan en riesgo al volante.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.