Con las altas temperaturas del verano, la piscina siempre es un lugar agradable y recurrente al que acudir.
Pero… ¿y si se tuviera la piscina en el propio coche? La idea ya se desarrolla desde hace tiempo en multitud de países, pero en ninguno es legal conducir o mover el coche mientras se disfruta del agua fresca.
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Modelos de lo más variopintos
Para montar una piscina en el coche, parece claro que lo primero de que hay que disponer es de espacio. Y, por ejemplo, los pick-up son de los modelos más adecuados en este sentido. No en vano, a la parte trasera o zona de carga de estos vehículos se les llama coloquialmente bañera.
Sobre todo en Estados Unidos, incluso se comercializan kits para transformar esta zona en una piscina.
Otros transforman su coche totalmente en una piscina, vaciándolo de asientos y demás elementos e impermeabilizando toda la superficie para que el agua no se escape. Por supuesto, son coches que ya no pueden circular y solo sirven como una pequeña piscina para refrescarse a modo de bañera gigante.
Incluso hay preparadores que se han atrevido a construir una piscina en el techo de una caravana, con mucho más espacio que las anteriores. Eso sí, la familia tiene que trepar por una escalerilla hasta alcanzar el refrescante chapuzón.
Además, hay que tener especial cuidado con el peso que puede soportar la parte trasera del vehículo al añadir una piscina, ya que el volumen del agua es considerable y los amortiguadores del eje trasero deben tener la fuerza suficiente para aguantarlo.
Incluso un Mini con piscina
También existe un Mini con piscina, aunque no se trata de uno normal y corriente. En 2004 se presentó el Mini Cooper S Limusina, también conocido como Mini Cooper S XXL. La piscina de la parte trasera era solo una de las locuras de esta extravagante limusina que se alargó desde los 3,65 metros de longitud hasta los 6,30 metros.
El coche fue creado por un carrocero especializado de Los Ángeles y, para acomodar la longitud extra de la carrocería, el Mini XXL se apoyó en un tercer eje trasero con dos ruedas adicionales, dando a la limusina Mini un total de seis ruedas. También recibió una preparación John Cooper Works y una llamativa pintura roja.
Lo más destacado del coche era la bañera de hidromasaje integrada en su sección trasera. Con espacio para dos bañistas, ofrecía la oportunidad perfecta de refrescarse en el caluroso verano. La funcionalidad tampoco quedó en segundo plano, ya que la bañera de hidromasaje se podía cubrir fácilmente cuando no se utilizaba y el agua se podía vaciar con sólo quitar el tapón.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.