Posiblemente Caterham sea una de las marcas más especializadas del mundo, pues desde hace años solo fabrica versiones de un único modelo, el Seven. Un pequeño deportivo que lleva décadas empleando la misma fórmula de ligereza, potencia justa y diversión al volante. Ahora la familia crece con el Caterham Super Seven 1600, que está inspirada en la década de los setenta.
Su diseño es fácilmente reconocible, puesto que el biplaza descapotable mantiene sus elementos más característicos, como son la parrilla baja cromada, los faros redondos o los pasos de rueda flotantes.
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Sin embargo, el Caterham Super Seven 1600 añade toques diferenciadores como una paleta de siete colores clásicos (Caribbean Blue, Racing Green, Saxony Grey, Tuscany Red, Red & Oxford White, Serengeti Orange y Bordeau), llantas de 14 pulgadas (con un acabado opcional en dorado), un habitáculo completamente analógico, tapicería de cuero y volante de madera.
La compañía permite a los clientes elegir entre la versión S3 básica o la SV, que cuenta con un chasis ensanchado. En ambos casos su sistema de propulsión se basa en un motor 1.6 tetracilíndrico de origen Ford, que desarrolla 135 CV y 165 Nm de par máximo, y se combina con una caja de cambios manual de cinco relaciones. Dicha configuración, sumada al hecho de pesar solo 565 kilos, le permite acelerar de 0 a 100 km/h en cinco segundos, así como alcanzar una velocidad máxima de 196 km/h.
El Caterham Super Seven 1600 ya se puede adquirir en Reino Unido a un precio que arranca en las 33.495 libras (sin impuestos), lo que al cambio actual suponen unos 38.500 euros.
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Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.