Hace 30 años Citroën estaba creando este coche mítico. ¿Sabes cuál es?

Cada cierto tiempo aparece en el mercado un modelo que da en el clavo y se convierte en un auténtico superventas. Las circunstancias concretas de su lanzamiento o lo específico de su propuesta influyen mucho, y pueden transformar un vehículos más en un hito de la automoción. Hace 30 años, ese hito tuvo nombre propio: Citroën AX.

Para entender el fenómeno que supuso, hay que contextualizar su situación. El mundo todavía estaba acusando la crisis del petróleo de 1979 (el precio del barril creció hasta un 270%), por lo que urgía desarrollar coches que consumieran poco.

Esta la idea bajo la que se desarrolló el Citroën ECO 2000, un prototipo que la marca francesa presentó en el Salón del Automóvil de París de 1984. La propuesta era innovadora, con un modelo que pesaba menos de media tonelada, alcanzaba 140 km/h de velocidad máxima y era capaz de gastar 2,0 l/100 km circulando a 90 km/h.

La idea era buena, pero había que convertirla en un modelo de producción, algo que no sucedió hasta dos años después. En 1986, el Citroën AX vio la luz. Evolucionaba la propuesta del prototipo, pero de forma más realista, con un contenido peso de entre 640 y 695 kilos, un coeficiente aerodinámico Cx de 0,31 y, a pesar de su compacto tamaño, una capacidad de maletero de 273 litros.

Su tarea no era fácil: sustituir al Visa y, sobre todo, al mítico 2CV, pero cumplió con creces: 2.425.138 unidades vendidas a lo largo de su vida comercial, de una gama que con el tiempo se fue ampliando con versiones más potentes, con mejores acabados y entre las que destacó el AX Sport.

En pleno 2016 calificar de ‘deportiva’ una variante con 96 CV de potencia suena a locura (aunque fabricantes hay que colocan dicha coletilla a motorizaciones similares), pero en 1987 dicho caballaje suponía que, combinado con los 720 kilos del modelo, el AX Sport se lanzara hasta los 186 km/h.