Básicamente, la diagnosis es una comprobación de todos los sistemas y componentes electrónicos del coche. Se realiza a través de una máquina específica que lleva un programa especializado para identificar posibles averías o fallos recogidos por los sensores del vehículo.
Se conecta a la centralita electrónica del coche, normalmente al puerto OBD2 (On Board Diagnostic, diagnóstico a bordo en inglés), o en los más modernos ya por bluetooth, y con todos los datos recibidos se generan informes para su análisis y posterior actuación.
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Por eso, además de la máquina de diagnosis, se necesitará un ordenador portátil que disponga de un software específico para interpretar esta diagnosis y datos técnicos de los vehículos.
Y es que antes de reparar un vehículo, y dada la elevada electrónica a bordo de los más modernos, es necesario saber con exactitud qué le ocurre. Por eso habrá que ‘enchufarlo’ cuando se encienda algún testigo en el cuadro de mandos, en referencia a algún fallo que se detecte en el vehículo. Porque puede que con reiniciar la centralita, o pulsar algún código a través de la máquina de diagnosis, se pueda solucionar y se evite una costosa visita al taller.
Aunque puede ser que, aunque se detecte la avería, no se pueda reparar solo con el software de la máquina. A veces se requerirá de una actuación posterior para comprobar el fallo de forma más específica. Y aquí suele entrar en juego otro aparato: el osciloscopio, que funciona al conectar sus cables de prueba al componente dañado para comprobar si está en comunicación con el ‘cerebro electrónico’ del coche.
Diagnosis: ¿dónde se puede hacer?
Evidentemente, los concesionarios oficiales son los más recomendables a la hora de diagnosticar un vehículo. Porque poseen la máquina que la marca recomienda y que está específicamente calibrada para leer hasta los fallos más recónditos del coche en cuestión.
Pero también se puede realizar esta tarea en un taller independiente, donde poseen máquinas universales que pueden detectar y corregir prácticamente todos los fallos que pueda dar el vehículo. Aunque el análisis que una máquina de diagnosis multimarca puede realizar no es tan profundo y detallado.
Máquinas ‘de bolsillo’: qué son y cuánto cuestan
También existen las máquinas de diagnosis ‘de bolsillo’ que cualquiera puede comprar por internet. Las hay que sirven como simple herramienta de exploración para averiguar a qué avería corresponde el encendido de una dichosa lucecita indeterminada y con precios que van que arrancan en torno a los 50 euros. Eso sí, no son demasiado útiles para reparar posibles daños detectados.
Su funcionalidad principal es identificar los fallos que presenta un vehículo, pero nunca sirven para repararlo. Además, su manejo no es siempre sencillo, el usuario debería disponer de una serie de conocimientos mínimos para utilizarla. Y cada marca dispone de su propia programación, así que la información que ofrece uno de estos aparatos es limitada e incluso puede resultar imprecisa.
Aunque el precio de estos dispositivos no sea elevado, utilizarlos de forma errónea puede provocar averías o desprogramar determinadas funciones, alguna de las cuales están relacionadas con sistemas de seguridad. Por todo ello, lo mejor en caso de necesidad es acudir a un taller especializado y confiar en la experiencia de un profesional para realizar estas tareas.
Y es que en el otro extremo se sitúa la maquinaria y software profesionales que rondará los 2.000 euros pero que, hoy en día, se han convertido en una de las inversiones imprescindibles en cualquier taller que quiera reparar coches modernos.
Aunque no solo una diagnosis requiere de un aparato específico. También el taller debe contar con operarios que sepan interpretar correctamente los resultados. Y esto también requiere de una buena inversión en formación y experiencia.
¿Cuándo es conveniente realizarla?
No, no siempre que se encienda una luz en el cuadro de instrumentos. A veces, no está mal hacerlo junto a un mantenimiento ordinario de cambio de líquidos y filtros. Con esto se puede prevenir costosas averías y, al final, ahorrar un buen dinero.
No llevará más de unos minutos, lo normal es que no salgan fallos y el coste, en el conjunto del mantenimiento, no será la partida más abultada.
Tras localizar e identificar la avería y realizar la reparación, sustitución o simplemente limpieza de la pieza en cuestión, hay que volver a conectar el vehículo y comprobar que todo se haya solucionado. Tampoco hay que olvidar que una diagnosis bien hecha permite realizar reparaciones, en muchos casos, sin necesidad de reemplazar componentes, por lo que el ahorro puede ser muy importante.
También en el móvil
La extensión de la digitalización en el mundo del automóvil ha llevado también a la creación de aplicaciones para convertir el smartphone en una pequeña máquina de diagnosis casera. Entre ellas destacan Car Scanner ELM OBD2 o OBD2 Expert entre otras.
¿Qué averías o fallos puede detectar y cuánto cuesta?
Con tanta electrónica en los coches actuales, son prácticamente innumerables los fallos que se pueden detectar con una máquina de diagnosis. Pero también se pueden realizar, como se ha descrito, tareas de mantenimiento. Entre ellas se puede ver, por ejemplo y con carácter preventivo, el estado de salud de la batería, si el motor está realizando la mezcla correctamente, etc…
Y en cuanto a averías, se puede localizar fallos en los frenos, el desgaste de las bujías u otras piezas, pérdida de gas en la climatización o cualquier avería en el motor.
En cuanto a su coste, depende mucho de dónde o quién la haga, pero suele oscilar entre los 200 y los 500 euros.
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Periodista especializado en motor desde hace más de 20 años, ha trabajado en diferentes gabinetes de prensa (Federación Española de Automovilismo o Circuito del Jarama) y medios especializados (Motor 16, Marca Motor o Auto Bild). Apasionado de coches, motos y, ahora también, de los cacharros con alas.