El ‘CARmasutra’ llega con San Valentín

El estudio ‘Actitudes y prácticas sexuales’ del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) señala que el 32,2% de los españoles reconoce practicar sexo en el coche de manera ocasional, además de revelar que el 7,1% elige su vehículo habitualmente para estas relaciones. Un lugar que supera con claridad a otros como la bañera, la playa, el campo, el avión o la terraza.

El automóvil, por tanto, tiene una presencia significativa en la vida sexual de muchos españoles, circunstancia que ha aprovechado Bipi, el servicio de suscripción de automóviles que, en coincidencia con el Día de San Valentín, ha lanzado su ‘CArmasutra’.

La empresa quiere mostrar con esta iniciativa su coherencia con una propuesta de movilidad flexible, libre de ataduras, que permita a los ciudadanos vivir como desean, incluyendo la elección del coche que precisan en cada momento.

Su iniciativa se inició hace unos días en algunos puntos estratégicos de Madrid, con la colocación de lonas gigantes con el mensaje: “No nos vamos a hacer los tontos, sabemos que la gente f*ll* en los coches”. Para apostillar: “No te compres un coche, suscríbete. Y si no gozas lo suficiente, lo cambias por otro”.

La campaña ‘Gózalo como quieres’ ha tenido continuidad coincidiendo con el Día de los Enamorados. Una conmemoración que ha servido a Bipi para presentar su particular versión del ‘Kamasutra’, la popular guía hinduista que recoge 64 posturas para realizar el coito. No es una iniciativa inédita, ya que otras personas o empresas han utilizado el coche como escenario para recuperar el contenido de la obra original.

El CARmasutra se queda lejos de ese número, pero con la particularidad de mostrar posibilidades sexuales dentro de un automóvil o utilizando su carrocería como soporte. Y para recrear estas posiciones, los ilustradores han recurrido a los maniquíes de las pruebas de choque a las que se someten a los coches.

Los famosos ‘dummies’, que replican la  anatomía humana y permiten valorar el efectos de los accidentes en el organismo, abandonan en este caso su función por otra algo menos estresante. Protagonizan así una guía que se encuentra disponible desde hoy en la web del servicio de suscripción de Bipi.

Once son las posiciones que reproducen los maniquíes, divididas por el tamaño del coche disponible entre pequeños (tres), medianos (cuatro) y grandes (cuatro). Además de la representación gráfica de la postura, disponen de descripciones en tono irónico o jocoso, envueltas en un doble sentido que ya comienza por sus nombres: Mete tercera, 69 km/h, Pisa el acelerador o La Palanca.

Una práctica sancionable

Al margen de la propuesta publicitaria de esta empresa, conviene saber que la práctica sexual los coches es sancionable por varias vías. Si se realiza con el vehículo en movimiento resulta evidente el delito contra la seguridad vial y la conducción temeraria, que será denunciado ante el poder judicial, que determinará el castigo correspondiente, incluyendo las penas de cárcel.

Un automóvil estacionado en la vía pública tampoco es el escenario apropiado para las relaciones sexuales. El artículo 185 del Código Penal señala que “el que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona actos de exhibición obscena ante menores de edad o personas con discapacidad necesitadas de especial protección, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses”.

En el mismo sentido legisla la Ley Orgánica de Protección Ciudadana, que en el punto 5 de su artículo 37 limita estas prácticas por motivos similares al anterior e incluso más genéricos. Así, considera infracción leve la “realización o incitación a la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecutar actos de exhibición obscena, cuando no constituya infracción penal”. La multa estará entre los 100 y 600 euros.

Por último, las diferentes ordenanzas municipales también advierten contra estas actitudes exhibicionistas o impúdicas, correspondiendo a cada ayuntamiento concretar las circunstancias del hecho y las multas aplicables, que en algunos casos superan la cuantía de las anteriores.