Aparcar es una de las maniobras más técnicas, que se perfecciona con el paso del tiempo y los kilómetros: desde el uso eficaz de los pedales hasta el ajuste para mantener una distancia adecuada respecto a los otros vehículos, sin olvidar la cantidad de giros que se efectúan con el volante.
En torno a ella versa la encuesta que ha realizado el comparador británico Scrap Car Comparison, que ha querido saber si los conductores necesitan ayuda para aparcar: el 48% ha respondido que sí. El 17%, además, se siente estresado y el 14% ha desvelado que le da vergüenza cómo estaciona.
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Aparcar en paralelo es la maniobra más complicada porque, normalmente, los conductores calculan mal la distancia hasta el bordillo y no aciertan con el número de giros del volante. Sin embargo, la mayoría confesó que sí se sienten seguro al estacionar en línea: sólo el 3% reconoció falta de confianza al hacer este movimiento.
El estudio ha querido ir más allá para saber qué propietarios de qué marca tienen menos confianza a la hora de aparcar. Y aquí es donde llega la polémica: según este informe, aparentemente existiría una conexión entre los conductores que tienen un BMW y necesitan ayuda para aparcar.
Los conductores de un BMW y el aparcamiento
El 68% de los conductores que tienen un BMW aseguran que necesitan asistencia para llevar a cabo esta maniobra. Los propietarios de Audi y Mercedes no están muy lejos, ya que ocupan el segundo (64%) y tercer puesto (63%).
Por orden, completan la lista de conductores que necesitan ayuda con el aparcamiento los de Honda (63%), Toyota (51%), Kia (48%), Citroën (47%), Ford (47%), Hyundai (46%) y Fiat (45%).
Eléctricos, híbridos y de combustión
El análisis continúa segmentando los datos en función del tipo de motor. Con este filtro, aquellos que tienen un coche eléctrico son los que peor parados salen: el 66% admitió que necesitaba ayuda para aparcar frente al 49% de los que tienen un híbrido o uno de gasolina. Los propietarios de un vehículo diésel obtuvieron los mejores resultados: 39%.
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Desde que aprendió a hablar y escribir, una de sus pasiones siempre fue contar todo lo que pasaba a su alrededor. Hizo las maletas y cambió Zaragoza por Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. Antes de graduarse, el mundo del motor se cruzó en su camino… y nunca lo ha abandonado.