La tendencia general en el mercado es que los coches crezcan: hoy los utilitarios tienen dimensiones similares a los compactos del segmento C de hace una década. El último en seguir este camino ha sido el Hyundai i20, que acaba de presentar una nueva generación que mejora en todas sus áreas y demuestra un nuevo nivel de madurez.
El cambio de imagen es más que patente, adoptando rasgos de los últimos modelos de la marca y ganando un carácter mucho más deportivo. Por ejemplo, la parrilla tiene un tamaño mucho más grande que antes, y de ella parten dos grupos ópticos de orientación diagonal.
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Además, el paragolpes está ocupado por tres entradas de aire de diferente tamaño, y tanto el capó como la línea de cintura siguen una clara trayectoria ascendente. Por otra parte, las ventanillas lucen un marco cromado en su parte inferior, el techo bitono sigue la moda actual, los pilotos traseros están unidos entre sí y el paragolpes trasero deja ver un prominente difusor.
Su nuevo diseño contribuye a dar una sensación de mayor tamaño y las medidas lo confirman, pero la variación en sus cotas tampoco es excesiva: el Hyundai i20 es cinco milímetros más largo, 30 milímetros más ancho, 24 milímetros más bajo y tiene 10 milímetros extra de distancia entre ejes. Son, eso sí, suficientes para ampliar el espacio disponible para las piernas y para que el maletero llegue hasta los 351 litros (25 más que en la generación anterior).
Del interior no hay imágenes, solo un boceto que deja ver un habitáculo más avanzado y tecnológico, con un salpicadero en el que destacan las dos pantallas de 10,25 pulgadas, una para la consola central y otra para el cuadro de instrumentos.
Dispondrá de un amplio conjunto de asistencias a la conducción formado por el mantenimiento de carril, avisador de falta de atención del conductor, asistente de luces largas, avisador de punto ciego, asiente de choque frontal y trasero, etc.
Solo se venderá con motores de gasolina, concretamente con un bloque 1.2 atmosférico de 84 CV y con uno 1.8 T-GDi en variantes de 100 y 120 CV. Como es cada vez más común, en el propulsor turbo estará disponible la tecnología microhíbrida, de manera opcional en la alternativa de acceso y de serie en la más potente. Gracias a él se reducen el consumo y las emisiones entre un 3 y 4%.
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