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El Seat Arona es el nuevo superventas de la marca española, un modelo que está en el segmento de moda del mercado, el de los B SUV o SUV pequeños. Lo último que el fabricante ha hecho con su todocamino ha sido transformarlo en una escultura, pero no en una cualquiera, sino en una hecha de 15 toneladas de cemento.
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Los Seat Arona e Ibiza estrenan cuadro de instrumentos digital El encargo se realizó hace más de un año a Alexandre Farto, artista portugués conocido como Vhils. “Nunca había trabajado con un coche y hacía tiempo que quería hacerlo, así que esta colaboración ha sido una gran oportunidad para mí, una conexión perfecta”, explica.
El proceso de desarrollo ha sido largo y complejo, comenzando como un simple boceto para más tarde convertirse en un primer molde impreso en 3D (lo que llevó tres meses de trabajo) que necesitó de una estructura de hierro para su construcción.
Sobre la elección del cemento como material principal (aunque también ha empleado silicona y fibra de vidrio), Vhils apunta que le gusta "usar materiales rústicos”. Desde luego no es el componente más ligero para esculpir: como ejemplo, basta decir que cada rueda pesa 100 kilos. También admite que lo eligió porque la pieza "ha sido creada realmente para que dure en el tiempo". "Estoy inmensamente orgulloso de esta pieza. No sólo he querido eternizar las líneas de un coche, sino ‘fosilizar’ la relación entre las ciudades y sus habitantes”, analiza.
Apasionado del motor desde pequeño, primero de las motos y después de los coches, con especial predilección por los modelos nipones. Lleva una década dedicándose al sector, formado primero en Autobild y desde entonces en el Grupo Prisa, probando todo lo que haga ruido... o no.
