Transport & Environment (T&E) ha valorado la fiscalidad de los automóviles en España como “de las peores de Europa”, debido a que sigue ofreciendo “más ventajas” a la compra de vehículos contaminantes que a la de coches eléctricos, según refleja el informe The good tax guide elaborado por la organización y en el que se comparan los sistemas impositivos para la matriculación de coches privados y de empresa en 31 países del continente.
Así, el estudio desvela que España ocupa el último puesto entre los países europeos analizados en cuanto a ingresos procedentes por la fiscalidad de los vehículos y los combustibles.
“Esta inadecuada imposición de los automóviles explica el desfase entre el objetivo de cinco millones de vehículos eléctricos para 2030 y el volumen actual […] circulando en el país, que apenas supera los 200.000. De hecho, España ocupa el puesto 23 de los 31 países de Europa en cuanto a la adopción de vehículos eléctricos de batería, por detrás de Italia, Francia y Portugal”, han subrayado los analistas de T&E.
Compra de coches eléctricos
En esa línea, el responsable de electrificación de flotas de T&E, Óscar Pulido, ha opinado que el régimen fiscal español para los coches es “anticuado” y recompensa la elección de una flota que se base en los combustibles fósiles.
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“Esta situación está en contradicción flagrante con la ambición de ser un país moderno, gobernado por una coalición progresista, y más en un contexto de crisis medioambiental y energética”, ha defendido Pulido.
De hecho, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo han acordado esta misma semana que a partir de 2035 en la Unión Europea estará prohibida la venta de turismos y furgonetas con motores de combustión. No obstante, este pacto todavía necesita el visto bueno de los Veintisiete y del pleno de la Eurocámara para ser adoptado definitivamente.
Ventajas para los híbridos enchufables
El informe de T&E también ahonda en las deficiencias que, a su juicio, tiene el régimen fiscal español aplicable a los coches y que no favorecen el despliegue de los vehículos eléctricos en el país.
Por un lado, los analistas han destacado que solo una minoría de coches contaminantes paga el impuesto de matriculación correspondiente en el momento de la compra de vehículos nuevos.
“Este impuesto es proporcional a las emisiones del vehículo. Sin embargo, la exención del impuesto de matriculación se encuentra a un límite muy elevado (120 gramos por kilómetro), y los demás tramos no son lo bastante restrictivos, por lo cual la mayoría de los nuevos vehículos evitan este impuesto. En el año 2021, únicamente un 1,1% de los vehículos matriculados lo hicieron bajo las cuotas del cuarto tramo (el más alto) y apenas un 5,9% lo hicieron con el tercero”, resalta el análisis.
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T&E también ha apuntado que España es uno de los nueve países europeos de los 31 analizados en los que todavía se favorece fiscalmente a los coches híbridos enchufables y no los penaliza en función de su impacto ambiental, “a pesar de que esté demostrado que producen emisiones contaminantes por no circular sistemáticamente en modo eléctrico”.
Reformar la fiscalidad
Por ese motivo, el estudio de T&E concluye que la diferenciación entre los híbridos enchufables y los eléctricos de batería en España “es nula”. En ese contexto, el estudio también hace hincapié en que la normativa fiscal tampoco hace diferencias en la desgravación del IVA para los coches “altamente contaminantes” y los de cero emisiones.
“Esto provoca que las empresas no se animen a migrar sus flotas hacia vehículos sostenibles. En Bélgica, Francia o Portugal la cantidad que se puede amortizar depende de las emisiones que emite el vehículo. España debería seguir el paso”, ha valorado T&E.
“Los hallazgos del informe concluyen que existe un enorme potencial para modernizar la fiscalidad del vehículo en España, la cual, a día de hoy, en vez de favorecer los vehículos no contaminantes sigue utilizando normativas que se han quedado polvorientas con el paso del tiempo”, ha opinado la organización.
En esa línea, ha recomendado al país que reforme “urgentemente” la fiscalidad de los automóviles, dado que la cifras demuestran que “es de las peores de Europa” y ha considerado que el Gobierno debe adecuar estos gravámenes “a los tiempos actuales”.
Diferencias de miles de euros
Al calcular los diferentes impuestos que se aplican al mismo automóvil en cada país, el informe permite comparar la carga fiscal total entre países. Para un pequeño coche de gasolina, la carga fiscal durante diez años de propiedad privada oscila entre 1.500 euros en Bulgaria y 17.000 euros en Dinamarca. Para un SUV compacto de gasolina, la gama va de 2.800 euros a 51.400 euros.
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