Green NCAP demuestra que no todos los híbridos enchufables son eficientes

El laboratorio europeo ha valorado la limpieza de 25 nuevos modelos, y uno de los PHEV analizados obtiene peor puntuación que muchos diésel.

Cargador eléctrico
Una conductora, controlando el proceso de carga con el móvil.

No todos los coches híbridos enchufables (PHEV) son igual de respetuosos con el aire que respiramos. La conclusión proviene del laboratorio de análisis Green NCAP y, por lo mismo, se entiende que se trata de una opinión bien sustentada e independiente.

En su nueva tanda de inspección de 25 vehículos, el organismo ha incluido por primera vez modelos PHEV, y los resultados de tres de ellos (Kia Niro, Mitsubishi Outlander y Toyota Prius) muestran que su desempeño medioambiental varía notablemente entre unos y otros. De los tres, el que sale peor parado es el Outlander, que según Green NCAP no es tan eficiente ni limpio, penalizado por su excesivo consumo cuando entra en acción el motor térmico.

Las pruebas también han confirmado por otra parte el buen comportamiento del SUV de hidrógeno Hyundai Nexo y del eléctrico Volkswagen ID.3, así como de algunos modelos de combustión, como el Škoda Octavia Combi 2.0 TDI y el Volkswagen Golf 1.5 TSI.

Green NCAP, que echó a andar en 2018, es un consorcio formado por diferentes Gobiernos europeos, universidades, consumidores y clubes automovilísticos y pretende fomentar una movilidad más limpia mediante una táctica de premio y castigo. De un modo similar al informe de seguridad de Euro NCAP –que apadrina este proyecto–, el laboratorio verde puntúa los coches (de una a cinco estrellas) en función de sus emisiones (tanto de partículas contaminantes como de gases de efecto invernadero) y su eficiencia energética para ofrecer un posible criterio de decisión a los automovilistas.

Como cabe esperar en los modelos eléctricos, el Volkswagen ID.3 ha obtenido la calificación máxima de cinco estrellas, y también la ha logrado el Hyundai Nexo. Alimentado por una celda de combustible de hidrógeno, el todocamino coreano resulta tan limpio como un vehículo eléctrico de batería y casi tan eficiente en energía. Los coches de hidrógeno solo emiten agua por el tubo de escape, su autonomía es mayor que la de los eléctricos (666 kilómetros WLTP en el caso del Nexo) y el repostaje resulta mucho más rápido, pero en España no hay todavía hidrogeneras de uso público. 

Respecto a los híbridos enchufables, en alza en el mercado y muy bien vistos por los fabricantes (ayudan a reducir la huella de carbono y con ello las multas de la Comisión Europea), el mejor valorado en la última tanda de Green NCAP es el Toyota Prius, con una puntuación de cuatro estrellas. El Kia Niro lo sigue de cerca con tres estrellas y media, pero el Mitsubishi Outlander, con dos estrellas, obtiene una puntuación inferior a la de algunos modelos diésel o de gasolina. En España, todos los PHEV obtienen la etiqueta Cero de la DGT, siempre que superen los 40 kilómetros de autonomía eléctrica.

La recarga de los híbridos enchufables

“La gente quiere información independiente y transparente sobre el impacto medioambiental de los coches, y estos resultados muestran por qué es tan importante, asegura el presidente de Green NCAP, Niels Jacobsen. “Se podría perdonar a los consumidores por pensar que, al comprar un híbrido enchufable, cumplen su parte con el medio ambiente, pero no necesariamente es así”, añade.

El Outlander demuestra que es “poco probable que un vehículo grande y pesado con un rango de conducción limitado ofrezca algún beneficio sobre un automóvil convencional”. Y Jacobsen ofrece un consejo: “Para que los PHEV desarrollen todo su potencial deben cargarse con regularidad y alimentarse tanto como sea posible con la energía de la batería.

El máximo responsable del laboratorio independiente señala también el buen comportamiento de muchos modelos diésel y gasolina, con unas emisiones muy inferiores a las de hace algunos años y, además, muy similares a las declaradas por las marcas. Desde el 1 de enero pasado, los vehículos que se comercialicen deben cumplir la normativa Euro 6d ISC-FCMque exige unos niveles de emisiones mucho menores y, además, la integración de un sistema de control de consumo de combustible.

“La [nueva] legislación ha marcado una diferencia real. Por primera vez estamos viendo coches que se comportan en el mundo real tal y como prometen en el banco de pruebas. Debemos felicitar a los fabricantes y a los ingenieros de emisiones por los enormes avances que han logrado en los últimos años”, asegura Jacobsen.

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