Durante los meses de verano, se suceden las noticias protagonizadas por coches que aparecen en la playa, que circulan por la arena o que acaban dentro del mar. Muchas veces motivado por una imprudencia o por un despiste como el que sufrió el capitán de un buque cerca de Las Palmas.
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El pasado martes, cuando los relojes marcaban las 13.45 horas, los presentes en el Puerto de Arinaga del municipio de Agüimes, en la isla de Gran Canaria, fueron testigos de un peculiar suceso: poco a poco, un Skoda Kamiq fue avanzando hasta que cayó al agua.
El capitán de un buque lo había aparcado en el citado puerto, pero, según informó la Policía Portuaria de Las Palmas, se olvidó de poner el freno de mano. Como consecuencia, el vehículo terminó en el fondo del mar.
Un equipo de buzos y una grúa
Para recuperarlo tuvieron que recurrir a los servicios de Reprosub, una empresa de buceo. Según explicaron a La Provincia, les avisaron “desde la consignataria” y enviaron “un equipo de cinco buceadores al Puerto de Arinaga. Descendimos, localizamos el vehículo, lo enganchamos por las cuatro ruedas y lo izamos a la superficie”.
Fue necesaria una grúa para poder llevar a cabo este trabajo, unas tres horas después del hundimiento. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales.

¿Habrá consecuencias?
Queda por saber las consecuencias a las que tendrá que hacer frente el dueño del coche hundido. En otras ocasiones y ante sucesos similares, los propietarios han tenido que hacer frente a sanciones por contaminación y a los gastos del rescate cuando el seguro no los cubre.
Hay que tener en cuenta que, normalmente, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad actúan de forma gratuita en aquellos rescates donde hay ciudadanos afectados. Eso sí, cada comunidad autónoma es libre de fijar e imponer una tasa para determinadas circunstancias: imprudencias, incumplimientos…
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