El F-Pace supuso un punto de inflexión para Jaguar, abriendo las puertas del territorio SUV –y su alto volumen de ventas– para el fabricante británico, que poco después dio el siguiente y lógico paso. Creó el Jaguar E-Pace, un modelo compacto llamado a tener una demanda todavía mayor. Ha sido todo un éxito y ahora recibe una puesta a punto para continuar en esa línea.
Su imagen se renueva, sobre todo en el frontal. El cambio se debe sobre todo al estreno de unos faros con firma lumínica LED específica, y al rediseño de la parrilla y las entradas de aire. En la zaga se modifica el difusor y el diseño de las salidas de escape.
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En el interior del Jaguar E-Pace el protagonismo recae en el sistema multimedia Pivi Pro, compatible con Android Auto y con Apple Car Play, que se controla desde una pantalla táctil de 11,4 pulgadas. También cambia el volante, inspirado por el del eléctrico I-Pace y tras el que se encuentra un cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas.
Su gama mecánica ofrece ahora alternativas de gasolina y diésel, la mayoría electrificadas, y con la versión híbrida enchufable como tope de gama. Por parte de los motores de gasóleo, el de acceso es el bloque 2.0 turbo de 163 CV, que opcionalmente puede tener variante microhíbrida (MHEV), y por encima está el 2.0 MHEV de 204 CV.
La oferta de gasolina es más amplia y está formada por cuatro motorizaciones MHEV, el 1.5 de 160 CV y tres versiones del 2.0 que entregan 200, 249 y 300 CV, respectivamente. Por encima de ellas se encuentra el P300e híbrido enchufable, con 309 CV y una batería de 15 kWh que le otorga 55 kilómetros de autonomía eléctrica. Excepto los bloques de acceso, tanto gasolina como diésel, todas las demás variantes del Jaguar E-Pace emplean tracción integral a las cuatro ruedas. Su precio arranca en los 40.950 euros, pero no llegará a los concesionarios hasta primavera de 2021.
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