La razón por la que 6.200 personas han muerto en la carretera en una década

Cuando la cámara de un helicóptero Pegasus registra a un conductor que flota por su universo alternativo, ajeno a su coche y a esta vida, se trata solo de un caso entre 21 millones. La Dirección General de Tráfico (DGT) no tiene especial puntería: el 76% de los automovilistas españoles reconoce que se distrae al volante.

Un millón y medio (5,4%) confiesa que se despista “casi siempre”. El sueño, el paisaje, los botones del navegador o la imaginación se llevan a los conductores lejos del asfalto, hasta que lo abandonan con brusquedad o chocan con otros usuarios de la vía: en 2021, uno de cada tres siniestros con fallecidos en España se produjo por culpa de las distracciones. 

En la última década, las cifras se acumulan en los arcenes: 238.000 accidentes con víctimas, más de 30.000 heridos graves y 6.200 muertes en la carretera. Los datos, procedentes del estudio La vida en un segundo. Distracciones y accidentalidad en las carreteras españolas (2012-2021), elaborado por la Fundación Línea Directa y Centro Zaragoza, evidencian que los descuidos matan.

Distracciones y siniestralidad

Los despistes son el tercer punto del llamado triángulo de la accidentalidad, junto con el exceso de velocidad y al consumo de alcohol y drogas. Incrementan notablemente el riesgo de sufrir un accidente. Atendiendo a datos que cita la DGT, el uso del móvil al volante cuadruplica el riesgo de sufrir un accidente; enviar un WhatsApp lo multiplica por 23. 

Según este documento recién publicado, las distracciones más habituales en los accidentes son la conducción abstraída (31%), el cansancio (30%), mirar el entorno (13%) e interactuar con los pasajeros del vehículo (10%). 

A pesar de que se trata de una de las máximas preocupaciones de la DGT, el uso del móvil no deja apenas rastro en los informes posteriores a los siniestros. “La dificultad para recogerlo en los atestados limita mucho su peso en las estadísticas”, sostienen los autores del estudio.

Así, los datos que aporta este estudio reflejan lo que se ve a diario tras las ventanillas: más de 13 millones de automovilistas (48%) reconocen usarlo habitualmente mientras conducen, y 600.000 se confiesan “adictos”. Por eso, la reforma de la ley de tráfico del año pasado endureció el castigo para quienes llevan el móvil en la mano mientras conducen: de tres a seis puntos de castigo. 

WhatsApp al volante

A las distracciones, por otra parte, se añade otro mal de muchos conductores: la velocidad, más presente a raíz de la pandemia. El número de accidentes por distracciones se ha reducido entre 2012 y 2021, pero su letalidad ha subido un 52% hasta alcanzar los 2,4 fallecidos por cada 100 víctimas. Los siniestros son más graves, y esto concuerda con el hecho de que desde 2019 las multas por excesos de velocidad se han incrementado un 26%.

Los siniestros por distracción suelen producirse en vías interurbanas (60%), el fin de semana (37%) y por una colisión por alcance (27%). El conductor accidentado suele ser un hombre adulto que se despista, sobre todo, en rectas prolongadas y en los semáforos.

Según refleja el informe, los conductores españoles reconocen que suelen caer en el efecto mirón (80%), manipular el GPS integrado o en el móvil en marcha (50%) y leer los mensajes de WhatsApp (35%). Incluso más de un 10% de ellos admite sufrir despistes al volante por grabarse con el móvil e interactuar en las redes sociales mientras conduce.