Todo ha sucedido en la Jefatura Provincial de Tráfico de Pontevedra, donde un hombre, de 43 años y procedente de Pakistán, fue identificado tras serle detectado un teléfono móvil escondido en su ropa, más concretamente en una sudadera.
Se presentaba a las pruebas teóricas para obtener el permiso de conducción de la clase B. Pero en la sudadera llevaba un smartphone y en su oído, un auricular. Fuera había otras dos personas, que estaban conectadas con él por ‘bluetooth’.
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Resultar sorprendido con este dispositivo, a través del cual recibía las instrucciones para marcar la respuesta correcta, le puede costar una sanción de 500 euros.
Esperaron al final del examen
El pasado 23 de febrero, los agentes que vigilaban los exámenes se dieron cuenta de que uno de los asistentes mostraba una actitud nerviosa e incoherente, lo que llamó su atención.
Tras detectar el engaño, decidieron esperar al final del examen para retenerlo y no molestar así al resto de examinados.
Al acompañarlo a otra sala y registrarlo, encontraron escondido en la sudadera un teléfono móvil con la cámara orientada hacia el exterior, para captar las imágenes de los test.
Estas eran enviadas a las personas que se encontraban en el exterior y mediante un auricular el aspirante recibía las respuestas correctas del examen.
Según la ley de tráfico, utilizar este tipo de dispositivos se considera una infracción muy grave. La multa económica es de 500 euros y, además, la imposibilidad de presentarse de nuevo a estas pruebas en un plazo de seis meses desde el día en el que han ocurrido los hechos.
No es el único
Puede parecer una anécdota, pero pocos días después, en Burgos, también sucedió un caso similar.
Y es que parece estar de moda esta práctica para aprobar el examen teórico de conducir, ya que con un simple sistema de auriculares y ‘bluetooth’ se puede intentar pasar la prueba sin estudiar o tener los conocimientos necesarios.
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