Los coches ‘normales’ con mejor frenada

La primera entrega recogía los 15 coches que antes se detienen de 100 km/h a 0, y eran casi todos superdeportivos de cientos de miles de euros e incluso millones. En esta segunda parte, en cambio, se han seleccionado los mejores en frenada entre los modelos populares, de gran producción, que logran colarse en el top 50. La prueba se realiza sobre suelo seco, y está promovida por la empresa de frenos Brembo y la publicación alemana Auto Motor und Sport.

Es el Mini anterior, no el actual, aunque sí se trata de su variante más radical. Cuenta, entre otras cosas, con chasis y aerodinámica específica, ejes más anchos y un interior biplaza, porque la zona trasera se ha vaciado para ahorrar peso e introducir barras de refuerzo que aumentan la rigidez del conjunto. Motor 1.6 turbo de 218 CV, cambio manual y tracción delantera. Y puesto 47 de 50.

70 centímetros. Es la diferencia que hay en la prueba de frenada entre este superdeportivo italiano, con motor 7.2 V12 de Mercedes y 602 CV, y el pequeño Mini John Cooper Works GP. Una distancia mínima, teniendo en cuenta la gran brecha que separa a ambos modelos en precio, tamaño y sofisticación técnica. Este Pagani ocupa el puesto 15 de la general.

Un Porsche no es un modelo popular, pero este Boxster es la propuesta menos cara de la marca, ha alcanzado ventas superiores a las del 911 y otros deportivos de la casa, y se ha ganado su hueco en el ranking. A pesar de su motor central (2.0 turbo de 300 CV), que ayuda a parar, empata con el Mini. Pero queda delante, en el puesto 46, porque pesa más y es el criterio de desempate que se aplica en esta prueba.

El TT RS, hermano mayor de este TTS, es el único modelo relativamente popular que ha logrado meterse entre los 15 primeros: quedó el 13 con 31,5 metros. El TTS, por su parte, tarda 80 centímetros más en parar y obtiene el lugar 45 de la general, porque pesa más que el Porsche y se sitúa por delante. La diferencia frente al TT RS está en los neumáticos, menos anchos, y en la aerodinámica, que aporta fuerzas descendentes inferiores.

Es el Golf 7, no el actual (8), pero sí se trata, como en el Mini, de la interpretación más extrema del modelo. Y como él, está aligerado y tiene solo dos plazas, porque la parte trasera está vaciada y equipa barras estructurales de refuerzo, que maximizan la tracción, la frenada y el paso por curva. Motor bajo el capó, 2.0 turbo de 310 CV, tracción delantera y cambio manual de seis marchas. Puesto 37 de la general.

Menos popular que un Golf, pero derivado todavía de un Serie 3, que es una de las berlinas medias más vendidas en España. El BMW M3 CS gana al Golf porque pesa más y logra la misma distancia de parada, por lo que su resultado tiene mayor mérito. Motor 3.0 biturbo de 450 CV delante y propulsión trasera, que ayuda a distribuir mejor el peso. Puesto 36 del total.

Y llegamos al líder en frenada ente los modelos populares, un Seat León Cupra R de 2018, que logra bajar de los 32 metros, 31,8 en concreto, y auparse al puesto 27 de la general. No supera a ninguno del top 15, pero se queda a solo 20 centímetros del Pagani. Comparte chasis con el Golf y, aunque no está aligerado, porque mantiene las cinco plazas, le bate. La razón: sus pegajosos y especiales neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, y también su aerodinámica, muy trabajada, que le pega al suelo con fuerza.

El ganador entre los coches normales queda lejos del triunfador absoluto, el Porsche 911 GT3 RS 2019, que le mete 3,6 metros de diferencia. Pero, al comparar el coste de uno y otro (46.000 euros del Seat frente a 225.000 del Porsche), y la sofisticación técnica asociada (el GT3 RS es casi un coche de carreras con matrícula), el resultado cobra otro significado bien diferente.