En julio de 2022 entraba en vigor un nuevo reglamento en el territorio de la Unión Europea (UE) por el cual todos los coches de nueva homologación deben incorporar de serie al menos ocho sistemas de ayuda a la conducción. Estos requisitos de seguridad de los vehículos, se centran en la protección de sus ocupantes y de los usuarios más vulnerables de la vía pública.
Así, los llamados ADAS (Sistemas Avanzados de Asistencia al Conductor, por su traducción al español) son un conjunto de innovadoras soluciones tecnológicas que se integran en los vehículos para mejorar la seguridad tanto de conductor y pasajeros como de otros ocupantes de la vía, incluidos motoristas, peatones y ciclistas.
Estos ADAS actúan con distinto rango de autonomía respecto al conductor y son capaces de intervenir en distintos procedimientos de la conducción, ya sean sobre los frenos, el acelerador, la dirección o la señalización. Tras años de ensayos por parte de los fabricantes y las autoridades europeas, se han mostrado como un elemento de seguridad clave, aunque están surgiendo ciertos problemas.
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Prevención de choques frontales
En escasas fechas, el Insurance Institute for Highway Safety (IIHS), que es una organización científica y educacional independiente, dedicada a disminuir las pérdidas ocasionadas por los accidentes ocurridos en las carreteras de los Estados Unidos, ha publicado un informe que no deja en buen lugar a algunos de los ADAS.
El que más problemas ha suscitado en el estudio, es el que se encarga de la prevención de los choques frontales, quedando patente que no son tan adecuados para prevenir choques con camiones grandes y motocicletas como sí lo son con automóviles.
La mayoría de los sistemas de prevención de choques frontales incluyen la Advertencia de Colisión Frontal y Frenado Automático de Emergencia (ESS). Funcionan de la siguiente manera: la advertencia de colisión frontal alerta al conductor cuando un choque por alcance es inminente y el ESS frena automáticamente si el conductor no responde a tiempo.
Camiones y motocicletas
Durante el estudio, en el que se han evaluado más de 160.000 accidentes, se ha demostrado que estos sistemas reducen las tasas de accidentes por alcance, aunque no en todo los vehículos por igual. Así, en camiones medianos o pesados solo se mitiga en 38% y en un 41% en motocicletas. Mientras que comparación con las tasas de accidentes por alcance con otros vehículos de pasajeros, la reducción se eleva al 53%.
“Estas reducciones son impresionantes para todos los tipos de vehículos, pero los beneficios de seguridad podrían ser aún mayores si los sistemas de prevención de choques frontales fueran tan buenos para mitigar y prevenir choques con camiones grandes y motocicletas como lo son con los automóviles”, dijo Jessica Cicchino, vicepresidenta del IIHS.
Siendo más precisos, si estos sistemas trabajaran mejor con los camiones y las motocicletas, podrían evitar 5.500 accidentes adicionales al año con camiones medianos o pesados y otros 500 accidentes con motocicletas.
Difíciles de identificar
Por ejemplo, entre los cinco automóviles que mejor nota general sacaron en la prevención de los choques frontales, se descubrió que era sustancialmente menos probable que los sistemas que montan hicieran sonar una alerta cuando la colisión con vehículos grandes o motocicletas era inminente respecto a cuando se acercaban vehículos de pasajeros.
Para los investigadores del estudio, “las motocicletas son más pequeñas y estrechas que los automóviles, lo que las hace más difíciles de identificar para los sistemas basados en cámaras y radares, especialmente a velocidades más altas”. Además, “los vehículos más grandes son presumiblemente más fáciles de detectar, pero sus dimensiones parecen confundir los algoritmos de los sistemas”.
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