Soñar es gratis pero convertir esos sueños en realidad cuesta dinero. Unas veces más, otras veces menos. Para conducir el “descapotable más confortable del mundo” (como lo define su constructor) hay que desembolsar 166.000 euros. En su versión básica. Aunque, claro está, hablar de versión básica para describir un Mercedes Clase S Cabrio es algo relativo.
El fabricante alemán estrena la sexta variante de la Clase S en la actual generación y, además, es el primer descapotable de cuatro plazas que hay en la familia desde el año 1971.
Toma la base del Coupé, con el que comparte el 60% de sus piezas, pero añade una zaga realizada completamente en aluminio y la particular capota de lona que, todo sea dicho, cuando está cerrada ofrece una silueta casi idéntica a su hermano. Está compuesta por tres capas y se puede elegir en color negro, azul, beige y rojo oscuro. Se puede abrir y cerrar tanto desde la llave como desde la consola central, en un proceso que dura 20 segundos y que se puede completar a velocidades de hasta 50 km/h.
Bajo su enorme capó, cruzado por líneas de tensión que ayudan a lograr un coeficiente cx de 0,29, se encuentra un motor 4.6 V8 que desarrolla 455 CV y 700 Nm de par máximo. El bloque se asocia a una caja de cambios automática 9G-TRONIC de nueve relaciones. El conjunto le permite al Clase S Cabrio acelerar de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos.
Eso para el el modelo de acceso, el S500, porque AMG (los especialistas en preparaciones de la marca de la estrella) tiene listas dos versiones de altas prestaciones. El intermedio es el S 63 4MATIC, cuyo propulsor V8 de 5,4 litros de cilindrada entrega 585 CV de potencia y 900 Nm de par, y se combina con una transmisión SPEEDSHIFT de siete marchas para pasar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos.
Por último, el mayor de la familia, el S 65 Cabrio. Este monta un bloque 6.0 V12 de 630 CV y 1.000 Nm de par máximo, emplea una caja de cambios AMG SPEEDSHIFT PLUS 7G-TRONIC y manda toda la fuerza a las cuatro ruedas gracias a la tracción integral AMG Performance 4MATIC.
En los tres casos su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h.
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