El carnet de conducir B1 existe en Europa, pero no en España, y hay quien intenta darle un impulso porque funciona con éxito en países como Portugal, Italia, Francia y Reino Unido y podría resultar clave, aseguran los expertos, en la nueva movilidad que se avecina. Y la DGT y otras entidades trabajan en paralelo para su posible puesta en marcha.
Carnet B1, ¿para qué sirve?
El carnet de conducir B1, y esta es su ventaja y puede que también su debilidad, serviría, de implantarse, para conducir desde los 16 años los cuadriciclos pesados: vehículos pequeños, muy poco contaminantes (o sin emisiones, en su mayoría) y con un máximo de 20,4 CV de potencia (15 kW, establece la normativa europea).
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Este tipo de permiso, regulado por la Unión Europea desde 2006 como un paso anterior al B (con el que se conducen los turismos), facultaría “el acceso escalonado a la movilidad eléctrica a los jóvenes desde los 16 años”, y este es unos de los argumentos que esgrimen dos entidades que se han unido para promover su implantación en España.
La consultora PONS Seguridad Vial y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) proponen la implantación de una nueva categoría de permiso de conducción en España para lograr “un acceso racional y escalonado a la conducción de automóviles”.
Y aunque el mercado todavía no ofrece masivamente cuadriciclos pesados, es una de las tendencias previstas. La Dirección General de Tráfico, de hecho, ha confirmado a El Motor que el propio director del organismo, Pere Navarro, está en conversaciones con agentes del sector para sacar adelante la propuesta. “Estamos abiertos a implantar el permiso B1 en España”, señala la DGT en boca de su máximo responsable, que no da más detalles porque el asunto aún está en su primera fase.
Proyecto en marcha
Las dos entidades que apuestan por este permiso, opcional en los países de la UE según el artículo 4 de esta directiva, argumentan que su puesta en marcha impulsaría la movilidad eléctrica y facilitaría “una alternativa más segura a los medios de transporte tradicionales”, y también señalan como ventajas que comparten “elementos de seguridad con los vehículos de categoría M” (es decir, los turismos), como la obligatoriedad de los frenos ABS. Por su homologación, los cuadriciclos pesados (L7) no están obligados a incorporar el airbag, pero sí disponen de de estructuras de protección en caso de vuelco (ROPS), al contrario que los cuadriciclos ligeros L6.
Con 15 años cumplidos, en España se puede conducir un triciclo o microcoche ligero con una velocidad máxima de 45 km/h, y con 16 años el permiso A1 permite manejar motos de hasta 125cc y una potencia máxima de 11 kW. Desde fuera, el experto en seguridad vial Jesús Monclús, de la Fundación Mapfre, valora con cautela la posibilidad de implantar el carnet de conducir B1, que da acceso a vehículos de hasta 400 kilos y un máximo de 90 km/h. “¿A favor o en contra? Quizás haya que abrir un debate un poco más calmado para valorar sus pros y sus contras, si los hay. Por ejemplo, ¿cómo podemos medir la madurez de un conductor de 16 o 17 años, o qué tipo de formación vial y de pruebas o exámenes se exigirían, llegado el caso?”, se pregunta.
De cualquier modo, añade Monclús, los cuadriciclos pesados serían “más seguros que un vehículo a motor de dos ruedas sin nada de estructura de protección alrededor”. En su opinión, resulta clave el aspecto de la formación (que en el caso del carnet B1 sería similar al del B, según la directiva europea), porque en las calles proliferan “nuevos tipos de vehículos [patinetes, fundamentalmente] manejados por usuarios que desconocen el 100% de las normas de circulación”.
Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial y uno de los principales impulsores del carnet por puntos hace 15 años, ve el asunto no como algo que afecte a unos usuarios en particular, sino a los retos actuales de la movilidad. “El permiso B1 habilita la conducción de vehículos de reducido tamaño, eléctricos, que precisan de escasa energía para moverse y con una velocidad limitada a 90 km/h”, resume.
Y Ledesma, que apunta a la España vacía como futuro de la automoción tal y como se entiende ahora, también augura una tendencia inevitable en los vehículos urbanos: coches pequeños, eficientes y sostenibles. “Hasta tal punto está evolucionando la ciudad que son así o no serán. La introducción del B1, limitado a estos vehículos, genera un cambio cultural en el uso urbano del vehículo mucho más razonable y adaptado a los nuevos tiempos”.
El director general de AEDIVE, Arturo Pérez de Lucia, ve también una oportunidad de crecimiento para el sector con el carnet de conducir B1. Por un lado, abre la puerta a “un público joven que el día de mañana formará parte del tráfico y habrá podido superar las barreras del desconocimiento actuales en torno al vehículo eléctrico”; por otro, “permitirá que se desarrollen modelos de negocio basados en la movilidad eléctrica compartida que ofrezcan vehículos más seguros y confortables a un público que ahora solo puede acceder al carné de motos A1”.
El permiso B1, en la ley
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