Que la estrella más rutilante del panorama futbolístico actual no tenga carnet de conducir no deja de sorprender a propios y extraños. El diez de la selección francesa, de 23 años, podía haber accedido al permiso desde hace un lustro. En Francia, al igual que en España, se puede obtener el carnet desde los 18 años.
Si se realizara una encuesta sobre las tres características con la que asocian los espectadores a los futbolistas de élite, fuera de su profesión, seguramente la inmensa mayoría de las respuestas serían: fama, dinero y coches de lujo. Han quedado en el imaginario colectivo las escenas de los futbolistas abordo de sobre los últimos modelos de superdeportivos.
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Coches de Aston Martin, Ferrari, Lamborghini, Bugatti o Porsche copan los garajes de las mansiones de los futbolistas, que se han convertido en auténticos museos del automóvil. La relación de los jugadores con las marcas se ha transformado en una opción ganadora para las dos partes.
Mbappé y su chófer
Aunque contar con un chófer privado puede parecer otra excentricidad más de un joven futbolista, la realidad es bien distinta. En el caso de Kylian Mbappé, desde que firmó su contrato con el Paris Saint Germain pocos meses después de cumplir la mayoría de edad, el club parisino puso a su disposición un chófer, un guardaespaldas y un cocinero para su uso exclusivo.
En el caso del conductor personal, en un principio era para su utilización mientras se sacaba el carnet de conducir. De hecho, el club le había organizado la inscripción y las clases en algunas autoescuelas de la capital francesa, pero Mbappé no ha puesto demasiado interés para sacarse la licencia.
La verdadera razón
Tal y como desveló en una entrevista con Bleacher Report sacarse el carnet de conducir nunca fue una de sus prioridades. Mbappé confesó que desde muy joven estuvo enfocado en su crecimiento como futbolista. Deseaba ganarse la vida siendo jugador de fútbol y no tuvo tiempo para aprender a conducir.
“Es una de las desventajas de tener éxito pronto”, comentó durante la entrevista. “Me perdí cosas simples como tener carnet de conducir. Creo que todo el mundo lo tiene. Para muchas personas es una obligación, pero no lo era para mí. El carnet suele ser sinónimo de autonomía, pero yo tuve autonomía muy pronto porque siempre he tenido conductores a mi disposición. Nunca ha sido una prioridad”, concluyó la estrella francesa.
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Entusiasta del motor en toda su magnitud, preferiblemente los V12. Le dijeron que cuatro ruedas eran mejor que dos, por eso se compró otra moto. Claro que también le apasiona cuando van las cuatro juntas. Ha trabajado como creativo publicitario para muchas marcas de coches y motos e hizo la mili en esto de juntar letras en la editorial Luike.