¿Por qué nunca hay que pagar con un código QR en un aparcamiento?

Hacerlo con tarjeta bancaria, efectivo o con las aplicaciones oficiales es la única forma segura de evitar ser víctima de una estafa.

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Foto: Getty

No es una estafa nueva, existe desde hace tiempo. Sin embargo, un reciente incremento de los casos ha vuelto a dar la voz de alarma. En este caso ha sido el RAC de Reino Unido, pero antes fue Francia e, incluso, España.

Los aparcamientos se han convertido en uno de los escenarios predilectos para los timadores. En este entorno, aseguran desde el RAC, los conductores son especialmente susceptibles al fraude. ¿La razón? No lo ven como un lugar peligroso.

Conocida como ‘quishing’, el protagonista de esta estafa es un código QR falso. Con él, engañan a los conductores para que lleven a cabo pagos en webs fraudulentas o para que faciliten sus datos personales.

Este timo puede salir doblemente caro. Si el conductor no se da cuenta de que no ha pagado el tiempo de aparcamiento de su coche, puede ser sancionado por la autoridad que regule el servicio de estacionamiento.

Un timo fácil de montar

Los aparcamientos están en la diana de los estafadores porque es sencillo pegar una etiqueta falsa en las máquinas de pago. De esta manera, los conductores desprevenidos abonan la tarifa utilizando un código QR que escanean con su teléfono móvil.

Esto suele llevar a las víctimas a una página web creada por los estafadores, que, a veces, está diseñada igual que la oficial. Aquí les animan a crear cuentas compartiendo datos bancarios, privados… Esto permite a los timadores sin escrúpulos utilizar esta información para hacer cargos en las cuentas de los conductores sin que ellos se den cuenta.

Código QR: cómo prevenir estafas

Las autoridades de Reino Unido aconsejan a los conductores evitar los códigos QR. Deben limitarse a los métodos de pago tradicionales: aplicaciones oficiales, tarjetas bancarias o dinero en efectivo.

En Estados Unidos, la Agencia Federal del Consumidor (FTC) aconseja inspeccionar la URL del QR antes de abrirlo buscando errores ortográficos o una letra cambiada. Además, hay que evitar escanear un código QR que esté integrado en un correo electrónico o mensaje de texto que no se esperaba, especialmente si se insta a actuar de inmediato.

El caso de España

En España, el intento de timo a través de un código QR ha llegado a través de las sanciones. La Policía Municipal de Madrid usó sus redes sociales para advertir del riesgo.

Los estafadores dieron forma a boletines de multas falsos con el logo del Ayuntamiento de Madrid, el número de la infracción cometida, el hecho denunciado y el precepto infringido. Le acompaña la cuantía (100 euros o 50 con la opción de pronto pago) y un código QR para realizar el abono, que, en realidad, es un timo.

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