6 trucos para que no te roben la antena del coche (y otras piezas)

Tapacubos, retrovisores, logotipos… Los accesorios que más desaparecen en la calle pueden defenderse fácilmente con soluciones caseras.

robar
La antena del coche es una de las piezas más codiciadas.

Ya sabemos que si dejamos el coche aparcado en una zona oscura, solitaria y con objetos atractivos en el interior, como un móvil o un bolso, es toda una invitación a que los amigos de lo ajeno te abran el coche y se animen a robar tus pertenencias y de paso el coche entero.

Pero no siempre son ladrones profesionales los que actúan, ni en los lugares más lúgubres. Hay pequeños ladrones amateurs que prefieren tomar prestadas las piezas exteriores de otros coches antes que ir a la tienda a comprarlas. Estas son las más demandadas (y las soluciones para evitar el robo).

La antena de la radio

Es el eterno objeto de deseo del cleptómano aficionado. Es posible que cuando descubras que te han quitado la tuya tengas ganas de vengarte del mundo y hacer lo mismo con las de otros, pero es mejor templarse e ir a comprar otra. De paso, puede ser una de las nuevas antenas de radio cortas que van directamente atornilladas al techo, así no te volverá a ocurrir.

Si aún no te la han robado, la solución es quitarla y ponerla cada vez que coges el coche. Un poco tostón. También puedes pegarla con pegamento extrafuerte, ya que si el chorizo ve que no puede sacarla fácilmente desistirá e irá a otro lado.

Los limpiaparabrisaS

Otro de los elementos externos del coche que se suele robar con frecuencia, y mira que son baratos. Al tener un método de sujeción muy simple apenas puedes sujetarlo con una brida, pero podría resultar, al menos como solución disuasoria.

Al hacerlo, ten en cuenta que el movimiento del limpiaparabrisas necesita cierta holgura: si lo aprietas demasiado no podrá hacer bien el juego y podrías forzar el motor del limpia.

Otra cosa que puedes hacer es poner un pequeño tornillo que una las dos partes; eso sí, habría que tener cuidado con la zona donde lo ponemos para que no se parta el anclaje.

En caso de que sea la goma lo que desaparece con frecuencia, podríamos intentar pegarla con algún pegamento extrafuerte. Si vamos a dejar el coche aparcado mucho tiempo, por ejemplo en vacaciones, sustituye las gomas por otras viejas y despeluchadas para que no interesen en absoluto al ratero.

La marca

Objeto goloso donde los haya, sobre todo para grupos de jóvenes que buscan lucir insignias de coches en sus mochilas. Siempre la mejor opción es pegarlas con pegamentos ultrafuertes, pero esto hace que el adolescente, en su tenacidad por obtener su ‘trofeo’, termine rayándote el coche.

Quizás un tornillo disimulado (por aquello de la estética) pueda hacer que al ladrón deje de interesarle tu emblema. Se puede también colocar la insignia con un imán y ponerla y quitarla cada vez que usemos el coche, pero es un método que termina cansando.

Una buena solución, si los robos son muy continuados, es poner una de esas cámaras pequeñas que se ocultan muy bien y grabar durante unos días; es posible que te lleves una sorpresa y conozcas a la persona que lo hace.

Los tapacubos

De esto saben muy bien las compañías de vehículos de alquiler. Le plantan a cada tapacubos unas cuantas bridas y al menos le llevará un rato al ladrón hacerse con ellas. Son poco estéticas, pero quizás usando las que son transparentes podamos hacer que se vean algo menos.

Si lo que tienes son llantas de aleación, ya sabes que es mucho más fácil: solo hay que ponerle un tornillo de seguridad a cada rueda, algo que cuesta poco (entre 20 y 40 euros) y que evita que una mañana te encuentres el coche sobre un montón de ladrillos.

Los espejos retrovisores

El conjunto del espejo es difícil de robar, pero el espejo en sí mismo es una pieza reemplazable. El problema es que se saca tan fácilmente como inclinar totalmente el espejo hacia una de sus esquinas superiores y meter un bolígrafo en el hueco del ángulo contrario haciendo palanca.

El único consuelo que nos puede quedar es que al ladrón se le caiga el espejo cuando lo quite y se quede sin el fruto de su mala praxis, pero como esto no nos arregla nada a nosotros, una buena solución es grabar con ácido la matrícula en el espejo.

Existen plantillas muy asequibles y con tipos de letra muy pequeña para que no afecte a la visibilidad, pero sí disuada del robo. Grabar la matrícula puede servirte también para otras piezas del coche.

La sexta solución

Hay quien usa pegatinas de la Guardia Civil para caer bien a los agentes de tráfico cuando te paran en la carretera, y quizá sirvan para disuadir a quienes quieran robar en tu coche.

También existen pegatinas que te identifican como tipo duro o hasta boxeador, pero no se puede descartar que tengan un efecto contrario y hagan que alguien descargue su rabia contra tu coche en forma de rayones y otras roturas que duelen más que quedarte sin antena.

Una solución general, la sexta, que vale para todo, es esta: si desluces un poco las piezas con una pequeña raspadura o pintándolas con rotuladores indelebles dejarán de interesarles a estos cacos, que siempre lo prefieren todo impecable.

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