Una de las claves del Rolls-Royce Phantom ha lo largo de su carrera ha sido mantener su esencia, pero evolucionarla poco a poco. Esa fórmula de éxito se vuelve a replicar en su última puesta al día, que retoca solo lo justo para actualizarse y tiene como elemento más destacado una parrilla delantera iluminada.
Su diseño sigue siendo el propio de los modelos clásicos de Rolls-Royce, pero la parrilla Pantheon cuenta con iluminación interna en la parte superior. Y esto, con un fin solo estético, da lugar a un efecto degradado tras las lamas verticales cromadas.
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El resto de la carrocería permanece intacta, aunque la firma británica ha incluido la opción de oscurecer varios elementos exteriores. Ocurre en la parrilla y las diversas molduras, pues era algo que demandaban muchos clientes. La guinda exterior la ponen los dos nuevos diseños de llantas de 20 pulgadas. Uno se basa en superficies triangulares facetadas y el otro está inspirado en los años veinte con un diseño plano.
También son muy pequeños los cambios en un interior que es el epítome del lujo. A detalles como el vistoso techo estrellado, formado por cientos de LED, se suman un volante de aro más grueso, para comodidad del chófer, y una nueva opción de tapicería de tela fabricada a partir de bambú.
Son novedad los sistemas conectados para el Phantom. Una de las funciones anunciadas es la posibilidad de mandar direcciones al navegador del coche desde un móvil.
La berlina mantiene intacto su apartado mecánico, que únicamente comprende una opción: motor 6.75 litros V12 biturbo de 571 CV y 900 Nm de par máximo, asociado a una caja de cambios automática ZF de ocho velocidades.
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