Si en 2024 las autovías son de pago, ¿cuál será el sistema?

Con la campaña electoral en su último aliento, se mantienen las dudas sobre si con el próximo Gobierno las autovías serán de pago en 2024. A pesar de los desmentidos del Ejecutivo actual, la Comisión Europea sostiene que el plan de recuperación aprobado por Bruselas para España incluye el compromiso de introducir el pago por uso en las carreteras el próximo año.

El sistema de peajes se aparece en el documento firmado con la UE a cambio de los 70.000 millones en fondos europeos concedidos por la pandemia; esta reforma es uno de los compromisos para recibir los 7.000 millones de euros del quinto pago.

Aun así, el Gobierno de Pedro Sánchez ya había aparcado la idea de las autovías de pago: el proyecto de ley de movilidad enviado al Congreso, cuya tramitación se paralizó por la convocatoria electoral, ya no las incluía.

“Se planteó sin una guerra en Ucrania, sin subida de precios. Por tanto, se retiró la previsión de la ley”, justificó en su momento la ministra de Transportes, Raquel Sánchez. El Ejecutivo intenta renegociar con Bruselas este punto y eliminar el compromiso de establecer peajes. El objetivo parece difícil.

Sin tiempo para las autovías de pago

En todo caso, probablemente no haya tiempo para establecer el sistema de pago a principios de 2024: después de que se forme el nuevo Gobierno, habrá que aprobar la legislación, decidir el sistema de cobro e implantarlo en la carretera.

En ese punto, las opciones básicas son dos. Una tarifa plana –lo que se conoce popularmente como viñeta– o un pago por uso literal, de modo que se abone una cantidad por kilómetro recorrido.

El primer método se utiliza en varios países europeos (Austria, Luxemburgo, Países Bajos o Suiza, entre otros) y, en la práctica, consiste en comprar una pegatina que se coloca en el parabrisas. Su presencia acredita al conductor del vehículo para circular por las vías donde se exija el pago por uso.

Sistema de viñeta

La patronal de empresas de conservación ACEX propone tres tarifas anuales diferentes: 87 euros para turismos, 43,5 euros para motocicletas y 435 euros para camiones, furgonetas, autobuses y tractores. Esto supondría, en un cálculo rápido, una recaudación anual de unos 4.660 millones de euros.

La segunda de las opciones la defiende por ejemplo la Asociación Española de la Carretera (AEC), que ya elaboró una hoja de ruta en 2012 para la implantación del pago por uso. Según su modelo ideal, este debería aplicarse a las vías de gran capacidad y a las carreteras convencionales paralelas, para evitar el peligroso efecto rodeo. En total, unos 15.500 kilómetros, de los 165.000 que componen la red viaria.

Pago por kilómetro

Según su propuesta, que exige la instalación de pórticos de reconocimiento de vehículos, los turismos y furgonetas ligeras deberían abonar entre 0,024 y 0,043 euros por kilómetro. Los vehículos pesados, 0,13 céntimos. En este supuesto, el Estado recaudaría anualmente entre 9.300 y 14.200 millones de euros.

“Hay que buscar soluciones a la falta de mantenimiento de las infraestructura que ha habido durante demasiados años”, dijo en noviembre pasado la secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera. El último análisis de la AEC calcula un déficit de conservación en toda la red de unos 10.000 millones de euros. 

En los dos últimos años, la asociación ha analizado 101.700 kilómetros de vías. Unos 26.400 kilómetros de la red del Estado y 75.300 de la red autonómica. De ellos, alrededor de 13.000 presentan “deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento”. 

Ya entonces, sin embargo, Pardo de Vera aclaró que el sistema se pondría en marcha cuando bajara la inflación y se suavizara la incertidumbre económica.