Vuelta al cole: la razón por la que los escolares se convierten en un peligro para los conductores

En septiembre, miles de alumnos regresan a la rutina y, por primera vez, lo harán sin la supervisión de un adulto.

cruzar la calle

Foto: Getty

Con septiembre llega la rutina y con la rutina, la vuelta al colegio. Y, aunque pueda parecer contradictorio, muchos escolares se han convertido en un peligro para los conductores. ¿La razón? Sus teléfonos móviles.

La Royal Society for the Prevention of Accidents (Real Sociedad para la Prevención de Accidentes, RoSPA) es una organización benéfica británica que tiene como objetivo salvar vidas y prevenir lesiones. Sus últimas cifras desvelan que, cada mes, 1.200 escolares resultan heridos en accidentes de tráfico a 500 metros de una escuela.

Este dato ha sido el punto de partida de la campaña Pantalla abajo, ojos arriba. Con ella, pretenden concienciar sobre el peligro que supone que los niños caminen por la calle y crucen mirando las pantallas del teléfono.

La iniciativa parte de la aseguradora Churchill Motor Insurance. Según su último estudio, más de la mitad de los niños reciben su primer teléfono durante las vacaciones de verano. A esto hay que añadir que septiembre es el momento en el que muchos de ellos irán al colegio sin la supervisión de un adulto por primera vez.

Por esta razón, ponen el acento en el peligro que pueden representar para los conductores: muchos de ellos cruzarán la calle sin levantar la vista del móvil. Un hecho apoyado en los datos de la encuesta que han hecho a 2.000 alumnos y sus padres.

Cruzar sin mirar

La gran mayoría de los alumnos de secundaria admite que usa su teléfono mientras caminan cerca del colegio. Tanto es así que uno de cada cinco confiesa que ha sido golpeado o casi atropellado por un vehículo cuando estaba distraído con el móvil.

Como complemento, grabaron el exterior de 10 escuelas en Reino Unido. Las imágenes desvelaron que, de media, el 10% de los niños no levanta la vista de su teléfono cuando cruzan la calle de su colegio. En uno de ellos, ese porcentaje llegó a ser del 50%.

Posibles soluciones

Los psicólogos que han participado en la elaboración del estudio apuntan que los niños más pequeños no combinan las diferentes informaciones sensoriales (visión y sonido) para comprender el mundo como lo hacen los adultos. Además, son más impulsivos y no procesan el riesgo de la misma manera.

Por ello, plantean la creación de señales específicas para ellos que sean más visibles y directas con el objetivo de desviar la atención de sus teléfonos: por ejemplo, ubicándolas en el suelo o en los cruces. A estas recomendaciones se une el uso de emojis, colores brillantes o de alertas auditivas.

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