Casi uno de cada tres cargadores de coches eléctricos no vale para nada

Durante el primer semestre del año, en España se matricularon 55.544 turismos electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables), pero el volumen de coches con etiqueta Cero no da para cumplir con los objetivos que se marca la industria. De nuevo, en el Barómetro de Electromovilidad de la patronal de fabricantes ANFAC (segundo trimestre de 2023) destacan los números rojos.

Aunque el indicador global de electromovilidad para España que maneja esta asociación ha aumentado un punto, las cuentas no salen. La nota de 12 sobre 100 queda lejos de la media europea, que ha avanzado 1,5 puntos y llega ya a los 25. 

El informe valora tanto la penetración en el mercado de los vehículos electrificados como instalación de infraestructuras de recarga de acceso público, con los objetivos de la Unión Europea como acicate: para 2030, se deben reducir un 55% las emisiones en comparación con los datos de 1990.

Respecto a las matriculaciones, las cifras mejoran poco a poco. El indicador de penetración del vehículo electrificado obtiene una valoración media de 18,9 puntos en el segundo trimestre. Supone 1,5 puntos más que en la anterior entrega del análisis, que no sirve, sin embargo, para acercarse a la media europea: 38,7 puntos sobre 100, tras un aumento de 1,8 puntos.

Matriculaciones de híbridos y eléctricos

Los 55.544 turismos electrificados que se matricularon entre enero y junio supusieron un aumento del 45,7% respecto al mismo periodo de 2022, pero la cifra queda muy lejos del objetivo de 190.000 ventas en todo 2023. Para alcanzarlo, el número de matriculaciones del segundo semestre debería duplicar (y aun más) las del primero.

España se mantiene muy lejos de los países lideres como Países Bajos, Alemania y Reino Unido, situados por encima de la media europea. Dentro del indicador, vuelve a destacar Portugal, que logra un crecimiento de 4 puntos, hasta los 39,2 sobre 100 de valoración general, por encima de la media. 

El panorama es aún peor si se examina la infraestructura de recarga: España no consigue salir de los puestos de cola del desarrollo de infraestructura de recarga de acceso público. Según el indicador de infraestructura de recarga, España logra crecer apenas 6 décimas: obtiene 5,1 puntos sobre 100 y se sitúa en antepenúltimo puesto en la clasificación del continente.

De todos modos, el ritmo de desarrollo en Europa también es lento, tal y como refleja el informe de ANFAC. En el segundo trimestre, la media europea logra una valoración de 11,2 puntos, con un aumento de 1,1 puntos. Solamente los países del norte de Europa, como Países Bajos y Noruega logran destacar por encima del resto obteniendo valoraciones que superan los 50 puntos.

Puntos de recarga de baja potencia

Hay pocos cargadores para coches eléctricos de acceso público, y además no son de calidad. Durante los dos primeros trimestres se han instalado 4.632 puntos, con lo que el inventario asciende hasta 22.760. Para cumplir con las obligaciones de Europa, ANFAC calcula que debería llegarse a 45.000 puntos a finales de 2023. 

Y no solo fallan las cifras en términos absolutos: más de 17.000 de los puntos de carga existentes ofrecen una potencia de menos de 22 kW, es decir, un 78%. Eso implica, recuerda ANFAC en su informe, “hablar de tiempos de recarga mínimos de tres horas”.

El despliegue de una red de alta potencia “es esencial para el desarrollo del vehículo eléctrico y absolutamente prioritaria para la movilidad eléctrica con vehículos pesados”. El siguiente paso es asegurarse de que los cargadores se pongan en marcha y garantizar su mantenimiento.

Los datos de ANFAC reflejan casi la situación contraria: algo más del 28% de los puntos de carga (6.704) están fuera de servicio, “debido fundamentalmente a que no se han podido conectar a la red de distribución eléctrica o por encontrarse en mal estado o averiados”.