Los coches eléctricos tienen grandes ventajas, pero no están exentos de contras y riesgos. Por ejemplo, tienen más probabilidades de sufrir incendios difíciles de apagar y también son más propensos a verse involucrados en accidentes de tráfico.
Así lo desvela un estudio llevado a cabo por la compañía de seguros LexisNexis. En el documento, la empresa compara las reclamaciones al seguro de conductores de coches de combustión y coches eléctricos, los costes de reparación y la gravedad de las colisiones, entre otros factores.
Más información
Las reclamaciones al seguro por un accidente de tráfico son un 14,3% más comunes cuando se trata de coches eléctricos que de coches de combustión. Los mismos datos muestran que el mayor volumen de accidentes con coches eléctricos se produce durante el primer año de uso del vehículo. Después, conforme el conductor se habitúa al coche, la siniestralidad se reduce.
Este dato está relacionado con la principal causa por la que los coches eléctricos se ven más involucrados en accidentes que los de combustión. Aunque no lo parezca en un primer momento, conducir un vehículo eléctrico es diferente que hacerlo con uno de combustión.
Por qué los eléctricos sufren más accidentes
El motor eléctrico entrega toda su potencia de manera inmediata y, habitualmente, estos coches tienen propulsores muy potentes, ya que son más pesados. Así, los conductores que cambian a los vehículos eléctricos tienen que prestar atención a la hora de acelerar, ya que la salida desde parado es más rápida que en los coches de combustión. En estas condiciones de conducción también influye, por supuesto, el factor de no tener que cambiar de marchas conforme se acelera.
Al sufrir una colisión, este estudio concluye que la gravedad de los accidentes es de hasta un 30% mayor en los coches eléctricos. La diferencia, según las conclusiones, es más aparente en los modelos de precio medio y alto, a partir de los 36.000 euros.
Dentro de la gravedad del accidente también se calcula el valor de los daños. Los coches eléctricos son más caros de reparar, ya que, por un lado, los materiales de sus carrocerías suelen ser más ligeros y más costosos. Por otro lado, los daños de la batería del coche pueden requerir un cambio total de la pila, lo que cuesta entre los 5.000 y los 20.000 euros en España, según el modelo.
No solo es culpa de Tesla
Aunque al hablar de siniestralidad y coches eléctricos casi inevitablemente se piense en Tesla, este estudio también ha analizado los problemas de países con gran volumen de vehículos sin emisiones en circulación, como China, donde esta marca no es tan popular. Los resultados obtenidos en cuanto a accidentalidad han sido similares.
Tesla sigue enfrentándose a un gran debate sobre la seguridad de sus vehículos, pero el principal problema es su Autopilot, el sistema de conducción autónoma de Tesla, y no su naturaleza eléctrica.
Sigue toda la información de EL MOTOR desde Facebook, X o Instagram