Los coches eléctricos han sido protagonistas de diversos estudios. El último llega desde Alemania: allí, el Gobierno ha encargado a la Oficina Federal de Protección Radiológica (BfS) que midan el nivel de radiactividad en este tipo de vehículos.
Junto al Ministerio Federal de Medio Ambiente (BMUV), se han llevado a cabo mediciones y simulaciones por ordenador para determinar cuánta radiación emiten los coches eléctricos. En las pruebas incluyeron modelos híbridos y de combustión para poder comparar los resultados.
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14 vehículos
Las pruebas para evaluar los riesgos asociados a los campos magnéticos en los coches eléctricos se llevaron a cabo en bancos de potencia, en una pista y también en carretera abierta para reproducir las condiciones reales de conducción.
Para ello, emplearon 14 vehículos: 11 eran eléctricos, dos eran híbridos y uno estaba impulsado por un motor de combustión. Todos los modelos estaban matriculados entre 2019 y 2021.
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El papel del diseño
El estudio señala que, independientemente de si un coche es eléctrico o no, el diseño juega un papel clave. Tanto es asó que la Oficina Federal de Protección Radiológica aconseja instalar los equipos que generan campos magnéticos lo más lejos posible del habitáculo. De esta manera, se limita la exposición de los ocupantes.
Los investigadores midieron los niveles en los asientos de los 14 coches utilizando sensores colocados en maniquíes, desde la cabeza hasta los pies. Es aquí, en la parte inferior, donde pudieron observar una mayor concentración de campos magnéticos.
¿Influye la manera de conducir?
Los resultados de las pruebas fueron variando dependiendo de las fases de la conducción. Al arrancar, al acelerar y al frenar, los campos magnéticos eran más intensos.
Esto también demuestra que el estilo de conducción tiene un impacto directo en estos niveles de radiación. Las maneras más agresivas, con fuertes aceleraciones y frenadas, registraron campos magnéticos significativamente más fuertes durante un corto período de tiempo.

Los diferentes motores
No obstante, los investigadores no apreciaron diferencias significativas en los valores de los distintos tipos de motores: al menos, en los modelos estudiados. Sólo al arrancar el vehículo híbrido se creó un campo magnético más intenso, pero siempre por debajo de los umbrales recomendados.
Por lo tanto, los coches eléctricos cumplen con los umbrales de tolerancia a la radiación. Los propietarios de vehículos impulsados por baterías pueden estar seguros de que no están más expuestos que con un coche térmico.
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