El despliegue de los coches eléctricos sigue chocando contra el muro de sus tres grandes asignaturas pendientes: la falta de postes de recarga operativos, su limitada autonomía y unos precios prohibitivos. El nuevo Renault Zoe resuelve en parte las dos últimas. Así, ofrece ya 210 kilómetros de rango de uso, al menos en teoría, y tiene tarifas accesibles.
Saldrá a la venta a finales de mayo desde 21.250 euros, que se quedarán en unos 15.750 cuando el Gobierno publique por fin las ayudas a la compra de coches eléctricos aprobadas en los presupuestos de 2013 (llevan meses en la nevera y entrarán en vigor en abril con carácter retroactivo). Y si el comprador cumple los requisitos del Plan PIVE, solo tendrá que pagar 13.650 euros. Pero estos precios tienen truco, porque no incluyen las baterías, que se ofrecen en alquiler por 79 euros al mes con un límite de 12.500 kilómetros al año y una garantía que cubre toda la vida del coche.
El Zoe es el primer eléctrico de segunda generación que llega al mercado y recoge las últimas evoluciones de las baterías y la experiencia acumulada por la Alianza Renault-Nissan, pionera en esta tecnología. Así, estrena un sistema más eficiente para recuperar la energía al desacelerar y frenar, neumáticos especiales y una climatización por bomba de calor que consume menos. Y las mejoras suponen un 25% más de autonomía. Además, es también el cuarto vehículo eléctrico de Renault, tras la furgoneta Kangoo ZE (Zero Emissions), la berlina Fluence ZE y el Twizy ZE, un cuadriciclo. Pero mientras los dos primeros son modelos convencionales adaptados para llevar baterías, y el último es en realidad un escúter carrozado de cuatro ruedas, el Zoe, como el Nissan Leaf, está pensado desde el primer boceto como un coche eléctrico. Y este detalle simplifica la producción en serie, mejora la eficiencia y sobre todo, reduce los costes.
El nuevo Renault mide 4,08 metros de largo, dos centímetros más que un Clio, pero es 12 más alto, porque lleva las baterías debajo del piso para no restar espacio interior. El resultado es un utilitario similar a cualquier rival de su tamaño, con cinco plazas y un maletero correcto de 338 litros. Y añade un diseño exterior moderno y actual, con un frontal en cuña muy vanguardista, y un trazo lateral ascendente y dinámico. Por dentro es muy sencillo y luminoso, y no desentona. Y en lugar de un motor térmico lleva uno eléctrico (ver recuadro superior). Se ofrecerá en tres acabados, pero el básico Life (21.250 euros sin ayudas ni Plan PIVE) incluye ya seis airbags, ABS, control de estabilidad, climatización, pantalla táctil, navegador y todo lo habitual. Los Intense y Zen (1.800 euros más) añaden más detalles.
Conducción zen
El Zoe se conduce como un coche convencional de gasolina o diésel con cambio automático. Se arranca con un botón y como no hace ruido, se sabe que está en marcha porque aparece en el cuadro la palabra Ready. Al acelerar empieza a moverse como cualquier utilitario normal, pero en silencio y con mucho brío, porque el motor eléctrico de 88 CV entrega la potencia máxima desde el primer instante. Y se mueve con una suavidad exquisita y relajante que invita a viajar con calma y pisar con mimo el acelerador para gastar menos. Alcanza 135 km/h y lleva una tecla ECO que limita la potencia y velocidad (100 km/h) y aumenta la autonomía (se muestra en la instrumentación). Y recupera energía al desacelerar y frenar para recargar las pilas. Renault anuncia que las baterías de 22 kWh -su depósito de combustible- ofrecen 210 kilómetros de autonomía homologada -de 100 a 150 kilómetros en uso normal- más que suficientes para la mayoría de los conductores europeos: el 85% hace menos de 60 kilómetros diarios.
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