Mientras los fabricantes europeos y estadounidenses compiten por lanzar el coche eléctrico más avanzado, una pequeña empresa india ha dado un golpe sobre la mesa con una propuesta radicalmente distinta: el Yakuza Karishma, un vehículo 100% eléctrico que ya circula por las calles de la India y cuyo precio es de apenas 275 euros.
Lejos de ser un prototipo o una promesa, este coche es una realidad funcional que redefine el concepto de movilidad urbana asequible.
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Diseño práctico
Diseñado con un enfoque puramente práctico, el Yakuza prescinde de lujos para centrarse en lo esencial: desplazarse de forma económica, silenciosa y sin emisiones.
Ofrece una autonomía de entre 50 y 60 kilómetros por carga, gracias a baterías LFP gestionadas por un sistema propio, y puede recargarse completamente en unas 6–7 horas con un enchufe doméstico, o en 3 horas con carga rápida.
‘Made in India’
Todo el proceso de fabricación es local, sin componentes importados ni procesos industriales complejos, lo que permite mantener el coste en cifras impensables para otros mercados.
A pesar de su bajo precio, el vehículo sorprende por su equipamiento básico pero funcional: cámara trasera, sensores de aparcamiento, elevalunas eléctricos, cierre antirrobo y un cuadro de instrumentos digital.

Su diseño compacto y su bajo coste de mantenimiento lo convierten en una opción ideal para estudiantes, repartidores o trabajadores urbanos en ciudades densamente pobladas.
El impacto del Yakuza Karishma ha sido inmediato. Medios internacionales como Bloomberg y CNN ya lo señalan como un posible referente global en movilidad urbana. Aunque su llegada a Europa no está prevista por ahora, su existencia plantea una pregunta incómoda para la industria automotriz occidental: ¿es realmente necesario que un coche eléctrico urbano cueste más de 20.000 euros?
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